lunes, 14 de febrero de 2022

El primero...

Febrero 14.


A mediados de los 60, un chamo japonés decidió venirse a Venezuela a trabajar como técnico para una empresa propiedad de otro japonés. Por otro lado, su objetivo principal era ser el primer practicante del Budismo Nichiren de la Soka Gakkai en Venezuela. Y así fue, el señor Eduardo Yoji Nose trajo consigo el primero Gojonzon (objeto de devoción en el Budismo Nichiren) que llegó a Venezuela.

Junto a su esposa (venezolana) compartieron el beneficio de practicar Nam Miojo Rengue Kio a unos pocos amigos, luego se unieron otros jóvenes que conocieron el Budismo en Estados Unidos para juntarse en el primer gran núcleo que tuvo la SGI de Venezuela.

El señor Nose fue el primero, el que inició el movimiento por propagar el Budismo Nichiren en Venezuela, el primero en perseguir el sueño del mentor del kosen-rufu en Venezuela, el primero en vivir basado en el "juramento" que expone el Budismo Nichiren, en Venezuela.

No hay que ahondar mucho en la relevancia que tiene ser "el primero". El budismo establece que todo lo que vivimos y nos toca asumir responde al karma. Así que el karma del señor Nose fue ser el primer budista Nichiren en Venezuela. A Venezuela le tocó por karma tenerlo como primer director general de la SGIV. Todos los que convivieron con su liderazgo pueden decir con orgullo que disfrutaron de su buen karma.

Y es que no se puede pasar por alto la decisión de irse a otro país literalmente al otro lado del mundo, con un idioma absolutamente diferente al materno, desarrollar una profesión que sirva de base para cumplir con el objetivo de vida principal, construir una familia que comprenda la prioridad de este objetivo, compartir el beneficio de Nam Miojo Rengue Kio con personas con una cultura religiosa diametralmente opuesta... y no rendirse.

Ser el primero involucra vencer el miedo, el sentirse solo, vencer la necesidad de estar cómodo, cerca de lo suyo. Eso es lo que hizo el señor Nose.

Tuve el placer de conocerlo de niño, pasé muchos años de niñez y adolescencia cerca de sus hijos, Hoy uno de ellos me confirmó que no olvida las patadas que le di jugando fútbol de niños (jejeje). Fuimos vecinos por varios años. Y luego, después de muchos años alejados, volví a coincidir con el señor Nose y su familia cuando asumí una responsabilidad coordinado las actividades de los Grupos de la SGIV en el centro de Caracas.

En esa nueva etapa, ya de adulto, el señor Nose siempre me mostró una disposición extraordinaria para apoyarme en todo lo que pudiera, me mostró una estima muy particular en cada oportunidad que visité su hogar. Por supuesto no fui el único, el señor Nose daba la vida para que todo el que llegaba a su casa se sintiera en un "oasis en el desierto", junto a su esposa María nunca perdieron esa calidez con todo el que lo visitaba para compartir sobre el Budismo Nichiren.

Fue ejemplo de humildad, nunca le conocí grandes ambiciones, siempre me mostró que lo más importante era recibir a todo ser humano con el corazón abierto. Eso, entre todas las cosas, lo conservaré siempre vivo en mi corazón.

Hoy ha fallecido. Su lucha por el kosen-rufu de Venezuela garantiza que renacerá con mejores condiciones físicas y en un entorno lleno de energía vital producto del vínculo con el Gojonzon, la Gakkai y Sensei.

Mi respeto, mi profundo agradecimiento, a usted señor Nose.

Mi cariño, estima y apoyo a toda su familia.

1 comentario:

  1. Gracias por compartir tus recuerdos y vivencias junto a un gran ser humano.

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