Febrero 22.
Lo puro no está contaminado, no está sucio, no tiene distorsiones. Decimos que los niños son puros porque no tienen prejuicios, los van adquiriendo tanto por cómo se les educa como por sus propias experiencias. Y así su conciencia pura se va enriqueciendo mientras crece. Todos mantenemos algo de la pureza de nuestra niñez, aunque sea mínimo. Por otro lado el crecer y enfrentar la maldad, los problemas de la vida cotidiana, la realidad del mundo entero, logran ensuciar nuestra mente y la pureza de nuestro corazón se va percudiendo, hasta que en algunos casos ya no percibimos que conservemos algo de la pureza de nuestra niñez.
Sentir que nacemos para ser felices, que nos merecemos una familia armoniosa y afectuosa, que nuestra vida es digna de una sociedad que nos garantice bienestar y protección, eso surge de la pureza de nuestra mente y corazón. Más que ingenuidad, representa un sentido innato de que la vida es valiosa, la existencia tiene un propósito mucho más profundo que lo banal y pasajero.
En el budismo la pureza se identifica con al menos dos aspectos: la Budeidad y la fe. La Budeidad representa la máxima expresión de nuestra identidad como ser humano, es la manifestación de nuestras máximas cualidades como la sabiduría, el coraje, la fortaleza, la perseverancia, la vehemencia y por supuesto el amor compasivo. Estas expresiones de nuestra vida, cuando surgen de la Budeidad, no están contaminadas con el egoísmo, el miedo, la violencia, nada es capaz de tergiversar la pureza de nuestra intención de ser felices a través de contribuir directamente a la felicidad de quienes nos rodean.
Por otro lado, el proceso para creer en este potencial, para vencer la duda y aprender a desarrollar esa Budeidad que el budismo expone que tengo, y que tienen todos, es lo que identificamos como fe. Y esta fe es pura cuando creemos en lo anterior. Además el budismo expone que no podemos tener una fe ciega, esa que cree aún sin tener pruebas reales o sin comprender lo que se postula en la filosofía budista, la fe tiene que ser con los ojos bien abiertos, dispuesta a profundizarse, a aprender cómo se aplica esta "nueva" filosofía de vida. La pureza de la fe se manifiesta con la contundente disposición a vencer mis propias tendencias negativas para manifestar mi Budeidad.
Hoy, después de muchos meses, volví a recibir en mi hogar a un gran amigo, a un personaje (porque lo es) que conoció Nam Miojo Rengue Kio en 1995 a través de alguien que se lo escribió en un papel, sin explicarle su significado ni nada más, sólo le dijo que lo repitiera para vencer su sufrimiento. Nunca volvió a ver a esa persona. Durante 23 años se mantuvo repitiendo esta frase cada vez con más frecuencia, no dudaba en entonar esta palabra cada vez que tenía un reto, que debía solucionar un problema o conflicto. A través de todos esos años desarrolló fe en esta frase que no tenía la menor idea de cómo pronunciarla correctamente ni su verdadero significado.
Iván, en 2018 se consiguió con alguien que finalmente se lo explicó. En 2019 asistió a su primera reunión de la Soka Gakkai, conoció a Daisaku Ikeda, los concepto budistas, los materiales de estudio y por supuesto, el significado de lo que se mantuvo pronunciando con fe durante todo ese tiempo. Todo lo que encontró sirvió para que esa fe pura que había desarrollado se hiciera más pura aún, aprendió a ponerse retos, metas, vencer y transformar el mal karma, su fe en el Nam Miojo Rengue Kio se profundizó aún más. Recibió Gojonzon en mayo de 2019 y hoy me sigue confirmando que no ha dejado de hacer daimoku ni un sólo día.
Su familia volvió a reunirse después de estar separados, su relación con esposa e hijos ha mejorado significativamente, aún siendo muy humilde logra acumular lo suficiente para mantenerse sano, con alimento y tener incluso su teléfono inteligente con el que puede participar de nuestras actividades por WhatsApp.
Ya pasaron casi tres años desde que recibió su Gojonzon y se sigue expresando con gran convicción en su práctica del Budismo Nichiren de la Soka Gakkai, por supuesto que extraña las actividades, vive muy lejos de la mayoría de nosotros, pero no deja se confirmar que incluso en su soledad, no abandona su compromiso y convicción en su daimoku, en su Nam Miojo Rengue Kio, en su Gojonzon.
Su hablar es natural, sin filtro, puro. Y así es su fe. De él sigo aprendiendo la importancia de lo sencillo, de no complicarse dejando que la mente nos envuelva en su dinámica porque perdemos la pureza.
Agradezco la inmensa buena fortuna de conocer a Iván y a todos los amigos y compañeros que me siguen enseñando cómo vencer para ser feliz. Esta es su frase: "no soy rico, pero soy feliz".
Yo también participe de este "encuentro" había escuchado de él, y ayer lo conocí y es tal cual lo relata, Luchito, pude comprobar una vez más lo que sostiene el Budismo que practicamos que "la fe sustituye el conocimiento y lo convierte en sabiduría es la fe" Es una persona que por su vida conoce a muchas personas y algunas,le preguntan sobre la oración. Se alegro mucho de llevarse materiales básicos para explicar el significado de la Ley.Cuando le pregunte que sueños por lograr tenía, me dijo. "Ya los logre todos". Disfrute mucho de conversar con el y comprobar una vez más "que lo que cuenta es el corazón" es decir la fe. Fue en ese momento que expreso sus palabras que ahora permanecerán grabadas en mi vida también.
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