sábado, 26 de febrero de 2022

Vivir en el XXI... 1

Febrero 26.


En el año 2001, al retornar de un viaje a un encuentro con 450 jóvenes del mundo miembros de la SGI de muchos países, cuatro venezolanos aterrizábamos en Londres sólo instantes luego del ataque a las Torres Gemelas de EE.UU. Después de muchas horas de incertidumbre pudimos regresar a Caracas porque nuestra ruta no pasaba por EE.UU. Mi esposa y otras tres chicas tuvieron que permanecer en Tokio muchos días más, para luego poder viajar cuando se abrió el espacio aéreo de EE.UU., porque ellas sí debían usar esa ruta.

El siglo XXI arrancaba con una catastrófica acción terrorista y las consecuencias se vivieron por muchos años a nivel mundial. De hecho, se siguen implementando cada vez más medidas de seguridad aérea desde ese trágico acontecimiento.

A nivel laboral, toda la primera década de este siglo fue muy traumática, porque enfrentábamos el pago de un crédito muy grande que, al cancelarse el trabajo que daría los recursos, el pago de ese crédito se alargó por alrededor de 8 años, hasta que finalmente pudimos pagarlo.

Venezuela ha vivido más de dos décadas llena de conflictos internos, división política e ideológica que han dejado huellas muy profundas en cada familia y en la sociedad en general. La emigración a roto muchos corazones y ha significado una exportación involuntaria de muchísimo talento y mano de obra especializada que mantendrán a nuestro país rezagado en muchos aspectos tecnológicos y profesionales. Llegando a la segunda década de este siglo la hiperinflación nos otorgó otro récord como nación y le sumamos seguir surfeando la inestabilidad económica aún hoy en día.

Tan sólo los últimos tres años hemos vivido un apagón nacional por varias semanas (2019) que en la inmensa mayoría del país se siguen viviendo las secuelas; el inicio de una pandemia mundial (2020) que, aunque ha aligerado su impacto, sigue estando presente en toda nuestra cotidianidad; una invasión de un gigante bélico con poder nuclear a otra nación (en curso).

Todos vamos a tener nuestra manera de contar estas poco más de dos décadas del XXI, en los primeros párrafos he citado sólo una inmensa minoría de las catástrofes que se han vivido. Todos vamos a tener diferentes experiencias de lo que hayamos enfrentado y "sobrevivido", también de victorias y grandes logros que hemos alcanzado, porque el XXI también incluye eso, así como la vida incluye todo, lo positivo y lo negativo, porque al final lo más importante es nuestro resumen y qué es para nosotros lo más importante, lo más destacable.

En la SGIV hemos hecho grandes actividades, festivales, avances logísticos, estadísticos, hemos crecido, nos falta mucho, pero no nos rendimos ni mucho menos, nos toca evaluar, corregir y redireccionar algunas cosas, pero seguimos adelante no sólo como SGIV, sino como SGI; en 192 países y territorios más de 15 millones de miembros seguimos firmes en el compromiso y juramento de llevar a más y más personas la Ley de Nam Miojo Rengue Kio para promover la transformación interior de más individuos que también se comprometan a construir sociedades y naciones distintas basadas en el respeto a la dignidad de la vida como fuente de políticas y estrategias para el desarrollo de sus integrantes.

Si seguimos aprendiendo de lo propuesto por Daisaku Ikeda, si seguimos su ejemplo como individuo que aplica las enseñanzas de Nichiren, jamás nos rendiremos en esta gran tarea que significa el kosen-rufu del mundo entero.

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