lunes, 21 de febrero de 2022

Asumir la responsabilidad...

Febrero 21.


Hace ya unos tres años, estaba en casa atendiendo a un grupo de nuevos practicantes del Budismo Nichiren en una de las jornadas de lo que llamamos Grupo Soka, que son los espacios de diálogo para las personas interesadas en conocer más de nuestra filosofía religiosa.

Uno de los vecinos participantes comentó que le encantaba la propuesta filosófica del Budismo Nichiren de la Soka Gakkai y que le parecía extraño que no fuera practicado por más personas, ya que consideraba que la lógica y el humanismo son parte integral de lo que practicamos.

Recuerdo que le respondí que es un paso significativo para cualquiera asumir una nueva fe y práctica religiosa, más cuando el fundamento de dicha fe es muy distinto a lo que fuimos educados y hemos aplicado durante todo nuestro crecimiento y desarrollo.

Hace mucho más tiempo conversando con un amigo que ya practicaba el Nam Miojo Rengue Kio, él me compartía que no entendía del todo el concepto de la Causalidad (la causa y el efecto), porque para él no todo lo que experimentaba era consecuencia de sus acciones, había algo que le seguía pareciendo "injusto".

Y acá está una de las claves para asumir una nueva filosofía de vida como la que expone el budismo, una nueva religión distinta la que se nos fue enseñada de niños. Detallo algunas diferencias:

  • En el Budismo Nichiren no existe un ser supremo, existe una Ley Mística. La diferencia radica en que no es un ser consciente el que decide nuestro destino, sino más bien es una Ley imparcial que se manifiesta según nuestras propias acciones creadas desde el infinito pasado.
  • Para el Budismo Nichiren la vida es eterna, por lo que la muerte no es el final absoluto, sino un descanso temporal que repone energía vital y luego continúa en una nueva manifestación que se regirá igualmente por nuestras propias causas realizadas.
  • La transformación de la vida de cada individuo depende totalmente del compromiso hacia pulir su propia vida de las tendencias negativas que impiden la manifestación de su máximo potencial, la Budeidad. En ningún caso depende de otros, más bien la propia transformación positiva influencia a quien nos rodea.
Estos tres principios, que no son los únicos por supuesto, pueden describir a grandes rasgos lo que, para mí, representan los principales paradigmas a vencer en la mente de cada individuo para aceptar la sola posibilidad de practicar una religión distinta a la que fue transmitida por sus padres.

En resumen, para el budismo el individuo es el único responsable del desarrollo de su existencia, la actual y la próxima, porque ya la anterior no puede ser transformada. Más bien todo lo realizado anteriormente, desde el infinito pasado en existencias anteriores, son lo que ha generado las condiciones que vivimos en el presente y lo que accionamos en este instante, enmarcan lo que viviremos en el futuro inmediato, mediato y lejano.

Hay una máxima dentro de la filosofía budista y es que "el tiempo más importante es el presente". No el pasado, tampoco el futuro. Es el ahora, el hoy. Porque las acciones de este instante viven los efectos del pasado, corrigen tendencias y transforman el futuro.

No es suficiente "comprender" lo anterior, hace falta aplicarlo, vivirlo y por eso es tan imprescindible asumir la responsabilidad plena de nuestra vida. Esto involucra no esperar que algo divino y externo modifique nuestro presente para sufrir menos, tampoco tener o prescindir de aquellos que nos causas incomodidades, ni mucho menos tener u obtener eso que pensamos nos dará más tranquilidad y estabilidad.

Para el Budismo Nichiren es parte integral de la práctica asumir la responsabilidad total de nuestras causas, que involucran lo que hacemos, lo que decimos e incluso lo que pensamos. Ser responsables es asumir las consecuencias de todo lo realizado en el pasado, pero más aún de lo que vamos accionando en el presente. Lo que decimos, cómo lo decimos, cuándo lo decimos, lo que pensamos, cómo lo pensamos y cuándo lo pensamos. Y por supuesto, las acciones que genera todo lo anterior.

Hablar o pensar desde el sufrimiento, la frustración y la depresión. Hablar y pensar con violencia, desde la perversa intención de manipular. Nada de eso genera buenas circunstancias en el futuro inmediato y mucho menos el lejano. El primer paso para transformar la vida es ser plenamente conscientes del impacto de nuestras acciones (palabras y pensamientos incluidos), el proceso de ir comprendiendo y actuando basado en estos principios, es lo que llamamos revolución humana, es lograr madurar, tanto como individuo como nuestra fe, que se desarrolla y se fortalece al hacerse totalmente responsable de lo que nos sucede y de lo que sucede a nuestro alrededor.

¿Queremos transformar nuestra vida? Hay que hacernos responsables de todo lo que hace falta cambiar en ella. ¿Queremos transformar nuestra sociedad? Debemos asumir la responsabilidad de transformar la raíz de nuestra oscuridad fundamental e inspirar a todos a nuestro alrededor a realizar su propio proceso. Para eso es el Nam Miojo Rengue Kio, para eso obtenemos y usamos el Gojonzon.

Seamos responsables, de nuestra vida y de la transformación de Venezuela.

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