Hoy, 26 de enero, se celebra el 47 aniversario de la fundación de la Soka Gakkai Internacional (SGI), que agrupa a los miembros practicantes del Budismo Nichiren en 192 países y territorios. De hecho es la organización budista más grande en cuanto a cobertura mundial.
Como organización ya tiene mérito el haber propagado la filosofía religiosa del Budismo Nichiren en tantas regiones del mundo, logrando que se practique por personas de todos los orígenes culturales. Pero además, en estos 47 años también ha logrado contribuir al mejoramiento de sociedades a través del impacto de nuestras acciones, nosotros, sus miembros. Al final todo debe reducirse a eso, a nuestra labor, acción y contribución individual a nuestro entorno. Eso es lo que hace a una organización como la SGI tan destacable.
Como estructura, tiene un tamaño suficiente como para tener una oficina en la ONU, participar en cónclaves de carácter mundial y su representante Daisaku Ikeda, es carta de presentación suficiente para abrir cualquier puerta diplomática.
Sin embargo enfatizo que somos sus integrantes quienes proyectamos su labor, profundizamos su misión y logramos el impacto real en la sociedad. Hace ya mucho tiempo leí en la novela La revolución humana una cita del presidente Toda, donde él señalaba que "primero aparecieron los miembros y después se creó la Soka Gakkai, no al revés". Quizás no es textual pero la esencia sí está reflejada, porque nuestras acciones al apoyar a los seres humanos a nuestro alrededor, nuestro ejemplo en el trabajo, en los escenarios donde nuestro comportamiento causa impacto, eso es lo que termina haciendo que destaque la labor de la SGI, porque nosotros somos su principal carta de presentación.
Asumir la responsabilidad de ser "miembro" de una organización, sea cual sea, involucra considerar lo anterior, por el bien no sólo de la organización per se, sino de su fundamento, de su objetivo. Si la SGI promueve la revolución humana, y nosotros seguimos siendo individuos irreflexivos que no muestran ningún cambio, la SGI no crece, porque nadie confiará en su "misión".
Si cada uno de nosotros pone su esfuerzo en practicar el Budismo Nichiren de la forma más correcta posible, si nos esforzamos por construir la personalidad reflexiva que es capaz de corregirse y mejorarse, si promovemos ambientes de calidez, respeto y amor compasivo, la SGI cumple su misión.
Espero seguir disfrutando de cumplir la misión de la SGI junto a ustedes!
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