Hoy, 13 de enero, acabo de ver una de las nuevas películas animadas recién estrenadas, de esas que están llenas de música, pero no de la casa de Mikimaus, otra productora. El asunto es que como toda buena producción, inspira. La música hace eso, o debe hacer eso, inspirar.
Tengo una conexión con la música de toda la vida, mis padres, hermanos, tíos, sobrinas e hijo, todos vinculados a la música de una u otra manera, la minoría lo hace profesionalmente, pero hay un talento natural hacia la música en toda mi familia.
Hice música en la adolescencia y entrando a la adultez. Y digo "hice", porque no sólo fui responsable del grupo de música de los jóvenes de la SGIV, donde asumí componer arreglos y generar las partituras, sino también junto a mi hermano y amigos tuvimos un grupo de rock latino que mantuvimos varios años. Y siempre disfruté de eso, "hacer" música.
En años recientes y por motivos del parón de actividades por la pandemia, la SGIV comenzó a diversificar la forma en que se hacían sus actividades. En nuestro Sector fuimos pioneros en tomar el ejemplo de otros países y hacer videos musicales con todos nosotros, miembros y nuevos practicantes participando. Y luego, con muy pocos recursos técnicos pero lleno de inspiración, hice la canción "Espíritu Invencible" con el súper apoyo de mi sobrina, la que sí es tremenda músico profesional.
Inspirar, conectar las emociones más humanistas, conmover, hasta promover la reflexión... Una buena música hace todo eso y más.
Hay fórmulas que usan productores para que una pieza musical sea muy atrayente, melodías y tonos musicales específicos. Por otro lado hay piezas que aún sin basarse en fórmulas son apreciadas y valoradas por su profundo contenido emotivo y reflexivo.
Quería llegar a esto último porque varias personas cuando comienzan a practicar el Budismo Nichiren comentan que "les atrajo el canto", que se refiere al daimoku, por eso además de decir que "hacemos daimoku", también se dice "cantar daimoku". Es un canto sin notas específicas, es una melodía que varía de una persona a otra, pero es una entonación rítmica que así como la buena música "despierta" emociones, y más aún, despierta ese potencial ilimitado que todo ser humano tiene.
Una buena pieza musical nos hace sentir plenos, llenos de vitalidad, vigor, energía, esperanza... El daimoku, es una pieza musical "universal", que conecta el sonido de nuestra voz, de las voces de otros haciendo daimoku, con eso llamado Budeidad, el canto del daimoku llama al Buda interior y hace que surja y actúe! Por eso logramos beneficios! Por eso hacemos revolución humana! Porque el canto sintoniza la frecuencia de la Budeidad de todo el universo.
Sigamos apreciando la melodía musical de nuestro daimoku, pongamos ritmo de determinación y convicción, y lograremos con toda seguridad eso que Daisaku Ikeda cita en una de sus explicaciones, un pasaje del Sutra del loto que habla de "bailar de alegría" cuando manifestamos nuestra Budeidad.
El canto es un momento que nos inspira, de verdad que sí,nos traslada a momentos hermosos si así nos los proponemos, de hecho las notas musicales de acuerdo a la medicina tradicional China, actúa en firma de curación a los órganos, por ejemplo la nota La ayuda a las personas que están deprimida si la cantan sostenida, por diez minutos, estos son los medios hábiles que utiliza el Sutra del loto cuando activamos el canto a través del daimoku
ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarExcelente reflexión, la comparto plenamente porque también soy un protagonista de esta maravillosa historia. Mi madre y su hermano fueron pianistas y yo percusionista por afición pero de corazon. La,música une, conmueve une y alegra.
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