Una Zadankay (sentarse a dialogar) jamás debería ser un escenario para monólogos, charlas, disertaciones… esas cosas tienen otros escenarios, no una Zadankay. La idea de sentarse, y dialogar, debería prevalecer por sobre cualquier otro objetivo que se proponga lograr y alcanzar como éxito en una Zadankay. Y por ahí es por donde creo que deberíamos dirigir nuestros esfuerzos para garantizar que una Zadankay sea exitosa: que podamos sentarnos a dialogar!
El "tema para dialogar" o tema de estudio, término básico, párrafo de gosho, cualquiera sea la fuente para conducir y promover el diálogo, debería ser una fuente de intercambio de opiniones, inquietudes, relatos, beneficios, todo interactuando con un conductor de ese tema, que junto al MC moderan la interacción enriquecedora de todos los presentes. Creo que ese es el "deber ser". Obviamente lo anterior puede suceder de distintas maneras, jamás será igual un Grupo a otro, pero cuando el corazón está puesto en "sentarse a dialogar" no hay la menor duda que esa interacción enriquecerá de manera irremediable a todos los participantes.
Sin duda la preocupación que cualquiera de nosotros puede tener es que luego del inicio y bienvenida ofrecida por el MC, al presentar a quien conduce el tema de diálogo el clima cambie, se ralentice, deje de ser dinámico e interactivo… Por un lado creo que esta preocupación es lógica y refleja nuestra real preocupación por mantener una Zadankay alegre y cálida. Por otro lado creo que a veces nuestra preocupación se distorsiona cuando esperamos que dicha conducción se base en nuestros parámetros y esquemas personales, no en "la mejor manera" para lograr el objetivo: acercar más a cada persona al Gojonzon, la Gakkai y Sensei.
¡Porque al final eso es lo que importa! ¿Cierto? Lograr el objetivo de la Zadankay, que todos podamos estar sentados y dialogar. A veces quien conduce el tema de diálogo necesitará de unos minutos para exponer la idea general antes de iniciar un intercambio de opiniones o recibir inquietudes, porque necesita exponer de manera organizada lo que ha preparado, a veces porque así siente más confianza en sí mism@. Por supuesto, lo que TODOS debemos evitar es que esos minutos necesarios no sean 10, o 15, o de 20 minutos en adelante para exponer el "tema para dialogar", porque entonces será un tema "para disertar" y otra vez, la Zadankay no es el escenario para eso.
Cuando esto sucede sólo la buena comunicación entre los responsables del Grupo, entre los miembros más comprometidos con el Grupo, harán posible la corrección inmediata de esa extensión innecesaria del "tema para dialogar"; incluso pienso que ésta resulta una de las misiones más importantes de aquellos responsables con algo más de experiencia, ofreciendo apoyo directo en el re-establecimiento del dinamismo en el diálogo. A veces este responsable con más experiencia conoce varias maneras de promover el dinamismo, de generar una interacción de la manera más natural posible, a veces son otros miembros quienes promueven esa ruptura del monólogo. Al final, lo importante es que sean varios los interesados y comprometidos en contribuir al dinamismo del diálogo.
Presentar cortos videos, implementar dinámicas, usar láminas, etc., todo lo que nace del deseo de acercar a quienes participan al Gojonzon, la Gakkai y Sensei, siempre logrará su objetivo. La importancia de los responsables, sobre todo de aquellos con más experiencia, está en garantizar la preparación al lado de quien quede asignado para conducir el tema para dialogar, garantizar la claridad en este objetivo y el total convencimiento de que la principal causa para lograr esto será el daimoku en conjunto, tanto de quien conduce el tema como de los líderes y miembros más comprometidos.
A muchos he confesado que en aquellos momentos cuando siento que el diálogo (o monólogo) en una Zadankay "no va bien", comienzo de manera casi instintiva a hacer daimoku (mentalmente) para que quienes comienzan a conocer la SGIV en esa reunión, quienes inician su práctica del Budismo Nichiren, logren escuchar cualquier cosa que los acerque más a la Gakkai y mantengan su intención de regresar. Incluso cuando llego a un momento de suprema incomodidad sigo con el daimoku para que, de llegar a intervenir, sea pensando en quienes comienzan su práctica, ¡no en mí! Nuevamente, la fuente de nuestras acciones es lo que considero muy importante de atender. Cada vez que participo en una Zadankay es una oportunidad para revisar de manera muy reflexiva la motivación de mis intervenciones, de mi aporte en el diálogo. Hasta contar una experiencia siempre representa la oportunidad para revisar qué me motiva. Mi objetivo: confirmar que sólo mi condición de Bodisatva de la Tierra garantiza que contribuya de manera positiva a la vida de cada participante.
Algo que considero súper valioso es conservar la postura de dialogar sobre lo que desean quienes comienzan su práctica del Budismo Nichiren, sobre lo que interesa a quienes recién conocen la Soka Gakkai. Esto no siempre es posible por varios factores, pero creo que el factor más importante es cuando los líderes presentes pierden de vista el verdadero objetivo de la Zadankay (los nuevos miembros e invitados) y otorgan más importancia al programa, es decir, a la forma.
Tal como dije antes, no propongo la eliminación del programa, porque hay a quienes la estructura de bienvenida, presentación, términos básicos, tema para dialogar, experiencias, despedida, informaciones, merienda… les funciona. Mi solicitud sigue siendo evaluar en qué momento esa estructura comienza a convertirse en enemigo del diálogo, frena el dinamismo y mata la calidez. Cuando por esa evaluación nos damos cuenta que la estructura de la reunión de diálogo nos "juega en contra", es en ese momento que se necesita retomar la esencia de la Zadankay y comprometerse a actuar como discípulo del mentor para lograr que cada acción nazca de la verdadera identidad del Bodisatva de la Tierra.
Cuando apenas comienza una reunión de diálogo y un invitado pregunta sobre un tema que no está planificado, lejos de sentir incomodidad o hasta rechazo, la reacción natural debería ser "¡qué excelente que un invitado desee conocer más acerca de este tema!". Cuando en pleno tema para dialogar un invitado desea que se le explique algún término y al final se termina dialogando más sobre ese término que sobre el tema preparado previamente, no debería haber mayor reacción que satisfacción por haber acercado un poco más a esa persona a la Gakkai y al Gojonzon.
Por otro lado, a veces el diálogo parecerá alejarse de lo que propone el Budismo Nichiren por basarse en la política, la economía, otras religiones, tradiciones, hasta deporte… Habrá quienes sientan la necesidad de ser más ortodoxos e intenten "cortar" ese diálogo de manera inmediata para retomar el intercambio basado en el budismo, habrá quienes se retraigan y queden en silencio ante la sensación de incapacidad para manejar ese tipo de tema. Creo que lo más importante es confirmar que ese es un escenario ideal para forjarnos como maestros del diálogo y aprovecharlo. El señor Toda comentó una vez que del Budismo se desprende una conversación sobre cualquier otro tema, porque el Budismo lo abarca todo. El detalle es en que cada uno de nosotros esté tan convencido de esa aseveración, que seamos capaces de aprovechar cualquier comentario, cualquier tema, cualquier duda, por más alejado que parezca estar del budismo, para exponer cómo el Budismo Nichiren lo "incluye todo", porque cada tema que toque al ser humano siempre estará vinculado al Budismo Nichiren.
La forja y capacitación que nos toca desarrollar a cada uno es aprender a nunca hablar desde "un extremo", nunca asumir posturas absolutas a menos que sean las basadas en el humanismo del Budismo Nichiren, siempre hacer el esfuerzo por hablar desde la perspectiva universal e incluyente del Budismo Nichiren, siempre basarnos en que quienes mueven cada aspecto de la humanidad son seres humanos, por lo que la respuesta basada el Budismo Nichiren es más que pertinente porque busca la transformación del individuo (cambia el individuo, cambia la manera en que influencia a los demás y cambia su entorno). Así se comporta un Bodisatva de la Tierra, un discípulo del mentor.
Queda por compartir sobre las experiencias, vivencias, relatos, beneficios, o como sea que llamemos a lo que un practicante del Budismo Nichiren comparte como resultado de su práctica.
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