viernes, 16 de octubre de 2015

Sobre la Zadankay - 3

Zadankay = sentarse a dialogar… 
sobre nuestras vivencias al practicar el Budismo Nichiren.

Hace poco, en las capacitaciones de estudio de gosho en Brasil, Argentina y Panamá, el responsable del Departamento de Estudio de SGI comentaba lo extraño que es que alguien se anime a practicar por escuchar "una explicación de ichinen sanzen", en referencia a que lo natural es a que se anime al escuchar las "vivencias" de alguien que está poniendo en práctica esa teoría del Budismo Nichiren y vive los resultados.

Por eso, en cualquiera de los escenarios de diálogo creados por el Buda Sakyamuni, por Nichiren, por los tres presidente de la Soka Gakkai, todo giraba en torno a cómo vivir la enseñanza del Budismo, más que sólo comprenderla. La esencia del Budismo existe en cómo se vive poniendo todo nuestro esfuerzo en manifestar nuestra Budeidad en la vida cotidiana, en nuestro escenario diario de acción, por eso es tan importante experimentar el beneficio del Budismo Nichiren en la vida, mucho más que sólo comprender lo que expone como filosofía religiosa.

Sin duda el estudiar y profundizar en la teoría expuesta por el Daishonin esclarece el funcionamiento de la vida porque nos ofrece la explicación y la razón de cada evento que sucede, pero si no comprobamos con la vida el poder de la entonación de Nam Miojo Rengue Kio, esa teoría no será lo suficiente para experimentar el proceso que llamamos "revolución humana". Y es que al final, cuando en una Zadankay compartimos una experiencia, beneficio, vivencia, relato, o como quiera que lo llamemos, debe ser para transmitir cómo realizamos ese proceso, nuestra revolución humana. 

Por esta razón pienso que es tan importante el cómo se conduce el tema para dialogar, porque cuando se conduce inspirando la reflexión sobre cómo se aplica ese tema en mi vida, cómo lo he vivido, cómo he experimentado eso que se está compartiendo, es IMPOSIBLE que no haya experimentado un resultado que haya producido revolución humana.

Personalmente siempre disfruto las experiencias o beneficios que se comparten mientras se va exponiendo el tema para dialogar, siento que se comparten como consecuencia del dinamismo generado por ese diálogo cálido y ameno logrado por quien conduce el tema, que logra hacerlo tan dinámico que los participantes no sólo identifican su proceso de práctica con lo que se conversa, sino que sienten la confianza y hasta la necesidad de compartir lo que han experimentado al poner en práctica lo que se está compartiendo.

Por supuesto las experiencias "preparadas", esas que se han hecho con el apoyo de los responsables a la persona que la contará, que se pulió y transcribió, que está incluida en el programa como "la experiencia", cumplirá su objetivo casi de manera asegurada, porque justamente fue preparada para eso. El detalle es cuando nuestros Grupos se acostumbran a esto y lejos de estimular que los demás presentes compartan sus vivencias, terminan "aprendiendo" que sólo se comparte aquella experiencia que se ha preparado previamente y se coarta la espontaneidad de aquel que desea compartir su vivencia. Aunque sea repetitivo confirmo que no se trata de cambiar el programa, se trata de retomar la esencia del mismo para que contribuya a la calidez, dinamismo y alegría de la reunión de diálogo.

Tanto una experiencia preparada y transcrita para la ocasión, así como una vivencia compartida por alguien que lo hace de manera espontánea, cumplirán su objetivo si nacen desde el deseo de acercar al menos a una persona al Gojonzon, la Gakkai y Sensei. Nuevamente, la intensión es lo más importante. Caso contrario, cuando la intensión nace de una condición de vida distinta a la del Bodisatva de la Tierra, siempre, de una u otra forma, eso se siente, se percibe por los demás, haciendo "ruido" en lo que realmente se intenta transmitir.

Tal como en el caso del tema de diálogo, una experiencia o beneficio se va a transmitir de maneras distintas porque cada persona es distinta. Quizás se parezca una a otra en cuanto a la estructura que se sigue para transmitir el proceso, pero la autenticidad de una persona garantizará que jamás haya una experiencia igual a otra. En todo caso lo que se va "enseñando/aprendiendo" es el esquema general que debe compartirse a la hora de compartir una experiencia o beneficio, que debe hacer énfasis en el proceso de transformación que se originó a consecuencia de nuestro daimoku, de la reflexión que realizamos sobre el proceso que estábamos atravesando, confirmando que ese es el beneficio de nuestra práctica, que ese fue el proceso de revolución humana, que como consecuencia originó un efecto visible: el beneficio o prueba real.

Como los estilos serán diferentes, siempre sucede que hay quienes divagan un poco más que otros y se pierden en detalles que nos parecerán innecesarios, hacen más largo el cuento debido a la necesidad de compartir cada etapa con el deseo de hacernos vivir el proceso igual que él o ella, cosa que no siempre lograrán obviamente. Nuevamente, la importancia de contar con un buen MC y líderes con más experiencia logran "apoyar" a esa persona que se pierde en detalles haciendo que retome el camino para enfatizar el foco en el verdadero beneficio. Esto no siempre es sencillo, pero siempre es posible cuando se cuenta con personas comprometidas con el dinamismo de la actividad.

Hago énfasis en que eso se "enseña/aprende", porque quienes asisten a un Grupo y escuchan las victorias de los demás aprenden qué es lo que se transmite como el beneficio de practicar. Por eso es tan importante recalcar cuál es el beneficio de nuestra práctica: la revolución humana. Cada vez que vencemos los aspectos negativos de nuestra vida, cuando vencemos la manifestación de la oscuridad fundamental, cuando vencemos a los demonios, es ahí cuando se produce el beneficio de practicar Nam Miojo Rengue Kio. Cuando alguien escucha de otro que su logro fue reflexionar sobre la situación, reconocer lo que debía vencer en sí mismo, y actuó con la fortaleza producto de seguir la orientación del Mentor, APRENDE que ESE es el beneficio que también logrará con su práctica. Cuando alguien escucha un relato así, aprende que el resultado palpable es consecuencia de la transformación interior. La prueba real, la más importante, aparece cuando se produce la revolución humana. Eso es lo que se enseña, eso es lo que se aprende.

Personas mayores con su maneras pausadas, niños con su sencillez, adolescentes con sus atrevimientos, todo tipo de persona que comparta su vivencia reflejando el beneficio de practicar el Budismo Nichiren merece recibir el máximo agradecimiento sobre todo de los líderes presentes. Compartir el beneficio de nuestra práctica no sólo debe ser reflejo de la alegría en quien la comparte, sino la muestra del compromiso por abrir la vida y pensar en quienes están presentes en la actividad, manifestando el deseo de transmitir esperanza y alegría con el relato que se comparte. Sensei reitera que sobre todo los líderes debemos siempre estar prestos a compartir una experiencia, porque refleja ese espíritu de brindar con el ejemplo el espíritu victorioso que se lograr al practicar tal como lo enseña el Daishonin.

¿Qué es lo que no debe ser una experiencia? Una alabanza a la propia personalidad; una recolección de orientaciones con las que "oriento" a los demás; un espacio para satisfacer la necesidad de protagonismo desmedida… etc. En fin, todo lo que sea reflejo de una condición de vida distinta a la de los cuatro Mundos Nobles.

Sin duda alguna, cuando en una Zadankay el diálogo fluye de manera natural, cálida, alegre, amena, dinámica, las experiencias surgen sin necesidad de pedirlas o estimularlas. El propio ritmo de la actividad va generando el ambiente para que los participantes sientan el deseo de compartir sus victorias, sus beneficios, en resumen, su proceso de revolución humana. Creo que cuando un Grupo retoma este factor clave de las experiencia, su desarrollo y crecimiento está garantizado. Porque ese desarrollo y crecimiento es directamente proporcional al desarrollo y crecimiento de sus líderes, miembros e invitados. Cuando cada individuo que integra un Grupo crece y se desarrolla, como consecuencia el Grupo se expande, llegan nuevas personas, se comprometen con las actividades del Grupo, traen a nuevas personas y el Kosen-rufu se vive en cada una de sus sesiones de "sentarse a dialogar".

Todo lo anterior es sólo un ensayo, una necesidad de compartir ideas y conceptos que por supuesto son totalmente personales, no representan en ningún caso lineamientos o pautas impartidas por ningún nivel de la Soka Gakkai. Espero que sobre todo esto último pueda ser comprendido por cualquiera que tenga a bien haber llegado hasta estas últimas líneas. Sólo deseo seguir participando en cuanta Zadankay pueda a través de los años, seguir compartiendo y aprendiendo en esos espacios que brinda la Soka Gakkai, cada aspecto del ser humano que se esfuerza por desarrollar sus mejores capacidades como Bodisatva de la Tierra. Eso, es lo que agradeceré eternamente a Sensei y a la Soka Gakkai como fuente inagotable de oportunidades para extraer el máximo potencial como discípulo y Sucesor del Mentor.

lunes, 12 de octubre de 2015

Sobre la Zadankay - 2

Zadankay = sentarse a dialogar... sobre lo que sea

Una Zadankay (sentarse a dialogar) jamás debería ser un escenario para monólogos, charlas, disertaciones… esas cosas tienen otros escenarios, no una Zadankay. La idea de sentarse, y dialogar, debería prevalecer por sobre cualquier otro objetivo que se proponga lograr y alcanzar como éxito en una Zadankay. Y por ahí es por donde creo que deberíamos dirigir nuestros esfuerzos para garantizar que una Zadankay sea exitosa: que podamos sentarnos a dialogar!

El "tema para dialogar" o tema de estudio, término básico, párrafo de gosho, cualquiera sea la fuente para conducir y promover el diálogo, debería ser una fuente de intercambio de opiniones, inquietudes, relatos, beneficios, todo interactuando con un conductor de ese tema, que junto al MC moderan la interacción enriquecedora de todos los presentes. Creo que ese es el "deber ser". Obviamente lo anterior puede suceder de distintas maneras, jamás será igual un Grupo a otro, pero cuando el corazón está puesto en "sentarse a dialogar" no hay la menor duda que esa interacción enriquecerá de manera irremediable a todos los participantes.

Sin duda la preocupación que cualquiera de nosotros puede tener es que luego del inicio y bienvenida ofrecida por el MC, al presentar a quien conduce el tema de diálogo el clima cambie, se ralentice, deje de ser dinámico e interactivo… Por un lado creo que esta preocupación es lógica y refleja nuestra real preocupación por mantener una Zadankay alegre y cálida. Por otro lado creo que a veces nuestra preocupación se distorsiona cuando esperamos que dicha conducción se base en nuestros parámetros y esquemas personales, no en "la mejor manera" para lograr el objetivo: acercar más a cada persona al Gojonzon, la Gakkai y Sensei.

¡Porque al final eso es lo que importa! ¿Cierto? Lograr el objetivo de la Zadankay, que todos podamos estar sentados y dialogar. A veces quien conduce el tema de diálogo necesitará de unos minutos para exponer la idea general antes de iniciar un intercambio de opiniones o recibir inquietudes, porque necesita exponer de manera organizada lo que ha preparado, a veces porque así siente más confianza en sí mism@. Por supuesto, lo que TODOS debemos evitar es que esos minutos necesarios no sean 10, o 15, o de 20 minutos en adelante para exponer el "tema para dialogar", porque entonces será un tema "para disertar" y otra vez, la Zadankay no es el escenario para eso.

Cuando esto sucede sólo la buena comunicación entre los responsables del Grupo, entre los miembros más comprometidos con el Grupo, harán posible la corrección inmediata de esa extensión innecesaria del "tema para dialogar"; incluso pienso que ésta resulta una de las misiones más importantes de aquellos responsables con algo más de experiencia, ofreciendo apoyo directo en el re-establecimiento del dinamismo en el diálogo. A veces este responsable con más experiencia conoce varias maneras de promover el dinamismo, de generar una interacción de la manera más natural posible, a veces son otros miembros quienes promueven esa ruptura del monólogo. Al final, lo importante es que sean varios los interesados y comprometidos en contribuir al dinamismo del diálogo.

Presentar cortos videos, implementar dinámicas, usar láminas, etc., todo lo que nace del deseo de acercar a quienes participan al Gojonzon, la Gakkai y Sensei, siempre logrará su objetivo. La importancia de los responsables, sobre todo de aquellos con más experiencia, está en garantizar la preparación al lado de quien quede asignado para conducir el tema para dialogar, garantizar la claridad en este objetivo y el total convencimiento de que la principal causa para lograr esto será el daimoku en conjunto, tanto de quien conduce el tema como de los líderes y miembros más comprometidos.

A muchos he confesado que en aquellos momentos cuando siento que el diálogo (o monólogo) en una Zadankay "no va bien", comienzo de manera casi instintiva a hacer daimoku (mentalmente) para que quienes comienzan a conocer la SGIV en esa reunión, quienes inician su práctica del Budismo Nichiren, logren escuchar cualquier cosa que los acerque más a la Gakkai y mantengan su intención de regresar. Incluso cuando llego a un momento de suprema incomodidad sigo con el daimoku para que, de llegar a intervenir, sea pensando en quienes comienzan su práctica, ¡no en mí! Nuevamente, la fuente de nuestras acciones es lo que considero muy importante de atender. Cada vez que participo en una Zadankay es una oportunidad para revisar de manera muy reflexiva la motivación de mis intervenciones, de mi aporte en el diálogo. Hasta contar una experiencia siempre representa la oportunidad para revisar qué me motiva. Mi objetivo: confirmar que sólo mi condición de Bodisatva de la Tierra garantiza que contribuya de manera positiva a la vida de cada participante.

Algo que considero súper valioso es conservar la postura de dialogar sobre lo que desean quienes comienzan su práctica del Budismo Nichiren, sobre lo que interesa a quienes recién conocen la Soka Gakkai. Esto no siempre es posible por varios factores, pero creo que el factor más importante es cuando los líderes presentes pierden de vista el verdadero objetivo de la Zadankay (los nuevos miembros e invitados) y otorgan más importancia al programa, es decir, a la forma. 

Tal como dije antes, no propongo la eliminación del programa, porque hay a quienes la estructura de bienvenida, presentación, términos básicos, tema para dialogar, experiencias, despedida, informaciones, merienda… les funciona. Mi solicitud sigue siendo evaluar en qué momento esa estructura comienza a convertirse en enemigo del diálogo, frena el dinamismo y mata la calidez. Cuando por esa evaluación nos damos cuenta que la estructura de la reunión de diálogo nos "juega en contra", es en ese momento que se necesita retomar la esencia de la Zadankay y comprometerse a actuar como discípulo del mentor para lograr que cada acción nazca de la verdadera identidad del Bodisatva de la Tierra.

Cuando apenas comienza una reunión de diálogo y un invitado pregunta sobre un tema que no está planificado, lejos de sentir incomodidad o hasta rechazo, la reacción natural debería ser "¡qué excelente que un invitado desee conocer más acerca de este tema!". Cuando en pleno tema para dialogar un invitado desea que se le explique algún término y al final se termina dialogando más sobre ese término que sobre el tema preparado previamente, no debería haber mayor reacción que satisfacción por haber acercado un poco más a esa persona a la Gakkai y al Gojonzon.

Por otro lado, a veces el diálogo parecerá alejarse de lo que propone el Budismo Nichiren por basarse en la política, la economía, otras religiones, tradiciones, hasta deporte… Habrá quienes sientan la necesidad de ser más ortodoxos e intenten "cortar" ese diálogo de manera inmediata para retomar el intercambio basado en el budismo, habrá quienes se retraigan y queden en silencio ante la sensación de incapacidad para manejar ese tipo de tema. Creo que lo más importante es confirmar que ese es un escenario ideal para forjarnos como maestros del diálogo y aprovecharlo. El señor Toda comentó una vez que del Budismo se desprende una conversación sobre cualquier otro tema, porque el Budismo lo abarca todo. El detalle es en que cada uno de nosotros esté tan convencido de esa aseveración, que seamos capaces de aprovechar cualquier comentario, cualquier tema, cualquier duda, por más alejado que parezca estar del budismo, para exponer cómo el Budismo Nichiren lo "incluye todo", porque cada tema que toque al ser humano siempre estará vinculado al Budismo Nichiren. 

La forja y capacitación que nos toca desarrollar a cada uno es aprender a nunca hablar desde "un extremo", nunca asumir posturas absolutas a menos que sean las basadas en el humanismo del Budismo Nichiren, siempre hacer el esfuerzo por hablar desde la perspectiva universal e incluyente del Budismo Nichiren, siempre basarnos en que quienes mueven cada aspecto de la humanidad son seres humanos, por lo que la respuesta basada el Budismo Nichiren es más que pertinente porque busca la transformación del individuo (cambia el individuo, cambia la manera en que influencia a los demás y cambia su entorno). Así se comporta un Bodisatva de la Tierra, un discípulo del mentor.

Queda por compartir sobre las experiencias, vivencias, relatos, beneficios, o como sea que llamemos a lo que un practicante del Budismo Nichiren comparte como resultado de su práctica.

viernes, 2 de octubre de 2015

Sobre la Zadankay - 1

Zadankay = sentarse a dialogar

Siempre escuche que el señor Makiguchi valoraba las reuniones de diálogo e incluso algunas veces comenzaba con una pregunta sencilla: "¿de qué desean hablar?". En las películas de "La revolución humana" vemos la representación de cómo el señor Toda conducía las reuniones de diálogo, no sólo las sesiones de estudio donde profundizaba sobre la teoría budista, sino esos encuentros con quienes comenzaban su práctica y podían preguntar literalmente sobre cualquier cosa. 

Ciertamente eso lo leemos en la novela, pero sin duda la película deja ver la destreza, la ecuanimidad, la pasión y la certeza con la que podía responder cada pregunta. Pero lo más evidente, es la profunda capacidad para comprender lo que cada persona necesitaba escuchar, por lo que podía exponer y explicar de la mejor manera según cada persona. Y eso sólo es posible cuando se escucha el corazón de quien habla, y se responde desde el corazón, ese corazón puesto en el auténtico deseo de conducir a la persona al camino de la Budeidad.

Sin duda el joven Ikeda recibió esa misma esencia de la importancia de crear un clima donde prevaleciera el diálogo genuino capaz de trascender diferencias, prejuicios y demás barreras que obstaculizan la comunicación de un ser a otro ser. Ikeda Sensei nos cuenta en "La Nueva Revolución Humana" cómo cautivaba a cada persona presente en una reunión de diálogo que él conducía. De hecho recuerdo la historia cuando él no puede ir a una reunión porque se intoxicó con una comida barata. El resto de su comitiva atendió la reunión y al regresar le comentaron que el clima "no fue igual" porque faltaba él y ellos no sabían qué era lo que él hacía que convertía cualquier escenario en especial. Su respuesta: "sólo considero a los presentes como lo hace una madre con sus hijos".

La reunión de diálogo será eternamente la principal actividad donde se vive el espíritu Soka. Sensei dijo en una oportunidad que incluso es la base del Budismo, porque Sakyamuni disertaba en escenarios iguales, sentándose junto a sus discípulos e impartiendo su enseñanza a través de interactuar con ellos en preguntas y respuestas. Incluso la actual publicación del Sutra del Loto resalta este hecho, al plasmar cómo los discípulos de Sakyamuni eran quienes hacían preguntas y él respondía acorde al escenario y a las personas.

La Soka Gakkai mantiene esa esencia del Budismo en sus reuniones de diálogo. Pero hablando claro, hay reuniones donde esa esencia se pierde, o nunca existió. Son esas reuniones, esos Grupos, los que considero que necesitan del vital apoyo de líderes no tanto con más experiencias (también necesaria) sino con la intención y la determinación puestas en contribuir para que dicho Grupo desarrolle un clima donde predomine el intercambio cálido de opiniones con preguntas y respuestas tan abiertas que cada persona siente la irremediable necesidad de seguir participando.

La gran pregunta es ¿cómo se logra un verdadero diálogo genuino en nuestras actuales reuniones? Sin el atrevimiento de considerarla la única y absoluta respuesta, creo que el inicio es puliendo el propio corazón. Porque justamente no se trata de pulir el corazón de los demás, sino el propio. Al desarrollar la actitud de pulir el corazón se hace un esfuerzo consciente por pensar en la felicidad de todos los que participan en una reunión, transcendiendo el egoísmo, los parámetros y paradigmas que impiden un verdadero diálogo cálido, ameno, fluido, dinámico… en fin, humanista.

Estoy convencido de que al lograr llegar y participar en una reunión de diálogo con la postura y la voluntad consciente de pulir el corazón, se van logrando el resto de los pasos para alcanzar una reunión de diálogo exitosa y única.

Pienso que uno de los parámetros a vencer es la rigidez de un programa. Con esto no me refiero a "no tener un programa" (que a veces disfruto muchísimo), más bien me refiero a lograr que el programa no se convierta en enemigo del diálogo abierto, en una camisa de fuerza de la cual no se puede salir ni alterar. Creo que los Grupos que hoy logran vencer esto son diametralmente opuestos a esos Grupos donde la pesadez y la poca participación los caracteriza. Tener una estructura de: bienvenida, presentación de términos básicos, tema de diálogo, "preguntas", experiencia(s) (en algunos Grupos DEBEN ser escritas), informaciones, despedida… En algunos Grupos el refrigerio es algo "obligatorio". Nuevamente, no planteo la eliminación total de dicho programa, sino la revisión de si realmente esa estructura contribuye a un intercambio ameno, fluido, cálido, abierto, humano…

Participo en reuniones de diálogo desde que tengo 7 años, al menos que recuerde. La estructura básica de la "Zadankay" ha sido más o menos igual siempre. En los inicios de la SGIV (y creo que en general pasa algo similar en todas las organizaciones y Grupos en sus inicios), el señor Nose conducía reuniones de diálogo sin estructuras fijas, más bien variaban según lo que esos primeros miembros de Venezuela iban preguntando, solicitando, requiriendo a medida que avanzaba su fe en el Budismo Nichiren. Cuando mi familia comenzó a participar en las actividades de la SGIV ya se había tomado una especie de pauta general para la estructura de la Zadankay. El maestro de ceremonia o "MC" era figura fundamental, quien conducía el tema de estudio igual, las experiencias leídas eran contundentes de una forma u otra, incluso se incluía algo musical con mucha regularidad. Eran menos Grupos, así que las variaciones no eran muchas.

Mientras la SGIV iba creciendo con la formación de nuevos Grupos por todo el país, se hizo natural que ciertas cosas se tomaran como las "pautas generales" y se aprendiera esa "forma" de hacer las cosas. Es lógico y natural que haya sucedido así. Los Grupos y líderes más nuevos requerían de esas pautas para sentir que hacían las cosas de la mejor manera posible, que hacían "lo correcto", de ahí que estos esquemas se convirtieran en "norma" general a la hora de preparar o planificar una Zadankay (reunión para sentarse a dialogar). El resultado ha sido que a través de los años esos esquemas y pautas se sigan concibiendo como especies de normas incambiables, sin duda paradigmas de lo que realmente "es" una Zadankay. Hoy en día encuentro Grupos que esa pauta de "sentarse a dialogar" no es tal cosa y son escenarios para monólogos, esquemas rígidos, diálogos pesados y lentos, y obviamente resulta complejo que las personas que llegan por primera vez mantengan su ritmo de participación y asistencia, porque sencillamente se aburren o se cansan.

Por otro lado hay Grupos que han intentado brincar esa barrera del esquema rígido, cambiando el orden de las cosas, introduciendo dinámicas para "romper el hielo", incluyendo actos culturales sencillos, asignando alguna participación a los niños, etc. Todas cosas válidas y por supuesto aplaudibles por nacer del objetivo de alegrar el ambiente, dinamizar el ritmo de la actividad, etc. Sin embargo la experiencia marca la pauta: cambiar la forma sin revisar el fondo no genera los resultados esperados del todo.

Ese fondo es el que creo jamás debemos perder de vista, el diálogo debe ser el protagonista!!! Eso sólo es posible, creo, cuando los líderes que conducen la actividad llegan con toda la disposición a brindar experiencias de vida a aquellos que se acercan por primera vez, brindar aliento y esperanza a aquellos que inician su práctica; y además orientación firme y contundente a quienes ya practican. Ante la pregunta ¿todo eso es posible en el mismo escenario? Sólo remito a lo que aparece en la Nueva Revolución Humana cuando cuenta las actividades donde estaba presente Ikeda Sensei. Era capaz de invitar a practicar a esos familiares que recién conocían el Budismo Nichiren de la Soka Gakkai; era capaz de brindar aliento y esperanza a quienes ya practicaban y brindar la orientación precisa a los líderes de cada Grupo. Todo, en el mismo escenario. Siento que cada uno de nosotros, que desea contribuir con el verdadero objetivo de la actividad para "sentarse a dialogar", encuentra en el ejemplo de Ikeda Sensei la pauta para nuestras acciones y mucho más importante, para la fuente de esas acciones: el auténtico amor compasivo del Bodisatva de la Tierra.

Y es que creo que esa es la mejor manera de describir la condición de vida de quien llega a una reunión de diálogo con la actitud de contribuir al desarrollo de la fe de cada asistente, es un Bodisatva de la Tierra. Y resulta que en el Sutra del Loto se describe a estos como ágiles en el diálogo, que no temen a preguntas difíciles… al menos esas dos características jamás las olvido y representan un gran estímulo.

Siempre imagino Grupos donde al finalizar el gonguio se salude a todos los asistentes y, luego de saber si llegan personas por primera vez, de inmediato pasemos a conocer qué piensa, qué siente, qué conoce de lo que está experimentando, ofreciéndole totalmente el escenario para que pregunte lo que desee. Es obvio que algunos serán más extrovertidos que otros, que algunos sentirán más confianza que otros, pero creo que lo más importante es confirmarle nuestra disposición a conversar sobre lo que desee. 

Por otro lado creo un error seguir incluyendo puntos "obligatorios" en el programa, por ejemplo la explicación de Budismo, Nam Miojo Rengue Kio, Soka Gakkai y a veces algo más, la mayoría de las veces con lecturas de "cortas" reseñas, pensando que ofrecer información básica a aquellos que llegan por primera vez. Confirmo que lo considero un error, porque toda esa información no quedará grabada en la mente de quien llega por primera vez, cuando mucho recordará pedazos o frases de lo que escuchó. Es obvio que la inclusión de estos puntos se hizo pensando en ofrecer esa información básica, pero también desde hace muchos, mucho años, se hablaba que esas cosas debían ser transmitidas por quien lleva a la persona a la actividad ANTES de llegar. También es obvio que eso no sucede siempre, así que en el Grupo se incluyó la explicación de estos puntos pensando también en la "participación" en el programa de más personas. Mi solicitud de siempre es ponerse en los zapatos de esa persona que recién llega y pensar si realmente me interesa escuchar esas reseñas explicativas, leídas la mayoría de las veces, o si me interesaría preguntar otras cosas, o incluso escuchar lo que desean transmitirme pero de una manera más natural y fresca, no tan rígida como la lectura que se ha acostumbrado.

Siempre siguiendo con el objetivo de la fluidez, el dinamismo, la calidez, cuando se llega al "tema para dialogar" (como se llama hoy en día dicha sección en el Seikyo Criollo) siempre llego con una expectativa de "cómo será". Siempre agradezco la buena fortuna de haber conocido decenas de Grupos en todo el país, así que también he podido conocer cientos de personas que han conducido estos "temas para dialogar" en las Zadankay. Confirmo de manera enfática que considero tan sólo este punto como una fuente incalculable de agradecimiento por la oportunidad de aprender de tantas, tantas personas.

Personas con excelentes recursos de oratoria, otras con pocos; algunos con dificultades para leer de manera fluida, otros que usan láminas o dinámicas para enfatizar algún punto del texto; personas muy mayores, niños, jóvenes estudiantes acostumbrados a hacer "exposiciones"; personas muy cálidas, otros muy rudos en sus maneras; algunos muy nerviosos, otros con una seguridad envidiable… Cientos de personas de las que sin ninguna duda algo he aprendido, algo me han dejado en su conducción de este punto de la Zadankay. Con todas las diferencias que puedan haber existido de una a otra, sin temor a equivocarme confirmo que lo que deja una huella imborrable en quienes participan de una Zadankay fue el esfuerzo que dicha persona puso para acercarlos al Budismo Nichiren, a la Gakkai y a Sensei. Eso es algo que, aunque no parezca evidente, queda grabado en el corazón de todos los presentes, porque SALE del corazón.

El asunto está cuando eso NO sale del corazón, sino de la necesidad de ser escuchado, de la necesidad de protagonismo, de la irresistible necesidad de transmitir "lo que sé", lo bien que me manejo en escena, es decir de cualquier condición de vida menos de la del Bodisatva de la Tierra… 

Todavía con mucho que decir sobre la Zadankay…

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