Hoy, sea del "bando ideológico" que usted sea, debe compartir la apreciación de que "el desorden y el caos" predominan. Aun asumiendo responsablemente que cualquier apreciación sobre lo que sucede responde a la total subjetividad que cada uno tiene, hay "sucesos" que deben ser reprochables por cualquiera. La muerte violenta de cualquier persona, el desabastecimiento de medicinas y alimentos, la inseguridad consecuencia del malandraje desbordado, además de la falta de justicia o aplicación imparcial de la misma, cuerpos de seguridad causando inseguridad y miedo… y remata que mañana domingo 30 de julio está convocada una actividad que un lado promete como la solución definitiva a todos los problemas de Venezuela, mientras que yo comparto la postura de que es una nefasta opción desde su concepción. Decido NO participar e incluso pienso que debería ser la expresión de protesta más explícita de la mayoría, pero no renuncio a la postura de respetar la decisión de cualquiera que desee hacerlo.
Acepto y comprendo que lo anterior puede causar un total desacuerdo en algunos, sin embargo sabemos que la subjetividad no sólo es normal, sino necesaria como individuos. En cualquier caso, escribo para compañeros miembros y amigos de la SGI de Venezuela, practicantes del Budismo Nichiren con apreciación igual, similar o distinta a lo anterior, pero con la postura de transformar lo que hace falta para lograr una sociedad venezolana con valores distintos a los que hoy predominan.
En mayor o menor medida todos estamos a la expectativa por lo que está sucediendo y con distintas posturas sobre lo que va a suceder. Por supuesto, muy influenciados por lo que dicen, escriben, o no dicen ni escriben, hacen o no, en fin… la influencia que ejercen los "actores políticos" y los protagonistas en la calle nos mantienen en una constante necesidad por desarrollar las mejores cualidades producto de nuestra práctica, porque de lo contrario los "senderos del mal" se convierten en nuestra tendencia básica.
Todo este panorama hace que tanto a nivel individual como compañeros pertenecientes a una organización (SGIV), caigamos en la continua duda sobre qué hacer, cómo actuar o proceder, porque sin duda somos ciudadanos partícipes de lo que vemos a nuestro alrededor, algunos más cerca del centro del "huracán" que otros (hoy en día miembros y sedes de Grupos han sido víctimas directas de la violencia); todos con la inquietud lógica sobre cómo abordar nuestra compleja situación manteniendo nuestra identidad como practicantes del Budismo Nichiren.
Quizás la última frase para algunos por momentos no sea tan "natural" o incluso nada cómoda. Porque es evidente que al reaccionar por instinto ante lo que sucede hoy en Venezuela resulta "un trabajo" el desarrollar la postura de sabiduría, coraje, esperanza y convicción que propone el Budismo Nichiren. Pero, esa es justamente la razón de nuestra práctica, actuar basados en la Budeidad que PODEMOS y DEBEMOS extraer con nuestro daimoku.
Cuando conversamos sobre política con cualquiera, sobre el análisis social de lo que sucede, incluso desde la perspectiva de la economía nacional, las propuestas sobre "lo necesario o más conveniente" pueden ser tan numerosas y distintas como individuos intervengan. Cada quien posee capacidad de análisis y resolución de las acciones que considera más convenientes, algunas serán radicales otras no tanto; algunas serán de fácil consenso y otras totalmente antagónicas.
La esencia seguirá siendo la siguiente: las acciones que como individuo decido realizar serán totalmente válidas por ser "mi derecho" universal a la libertad de pensamiento y acción, más lo que buscamos los practicantes del Budismo Nichiren es que la raíz sea mi firme identificación con la postura del Bodisatvas de la Tierra. Esto, con todo el énfasis posible, es lo que creo termina siendo la base de nuestra práctica del Budismo Nichiren y nuestro activismo como miembros de la SGI de Venezuela. Si la motivación de nuestras acciones no surge de esta identidad, surgirán de cualquiera de los mundos distintos a la Budeidad, servirán como "curitas" que intentan cambiar el efecto y no la causa, sólo servirán para seguir reforzando el círculo viciosos de la violencia, corrupción, intolerancia e irrespeto por la dignidad de la vida. Nuevamente, sólo la acción que surge de la profunda y sincera convicción (FE) de corregir la CAUSA del mal que hoy predomina, puede generar el EFECTO deseado de una sociedad Venezolana donde la felicidad y la dignidad de todo individuo sean lo que mueva la política, la economía y cualquier aspecto que interviene en el desarrollo de una comunidad. Eso es ser un Buda en acción.
Lo que deseamos cambiar no puede sólo incluir los aspectos de forma: sistema político, judicial, económico, fiscal, comunitario, etc. Nuestro deseo de cambio debe reconocer que lo torcido o sucio que hoy predomina se basa en la manifestación desbordada de la avaricia y la perversión que se muestran a través del poco aprecio a la vida y al bienestar común. Es más importante acumular y mantener el poder y riquezas que el costo humano que ello produce. Eso se manifiesta desde los bachaqueros hasta los más altos corruptos acumuladores de cantidades groseras de dinero mal obtenido. Entonces, es imposible no reconocer que el cambio necesario está en lo que mueve y motiva a los individuos, no sólo los que hoy detentan algún poder, sino también en aquellos que nos rodean, incluso nosotros mismos. Quizás, la labor más compleja pero la más necesaria, es reconocer que en el propio corazón vive y sobrevive (a nuestra práctica continua) la esencia de la violencia, irrespeto, discriminación e intolerancia. Y sólo cuando reconocemos esta "realidad de la vida" y actuamos en consecuencia (hacemos daimoku con la fuerza necesaria), es que producimos el cambio que se necesita para que nuestra sociedad se convierta en lo que estoy seguro que todos deseamos: un escenario de personas dignas, respetadas y respetables, que piensan y actúan por el bienestar común.
El inicio de ese cambio comienza a revelarse con más claridad: somos los protagonistas de dicho cambio, porque se inicia en nosotros con el objetivo de generar la reacción en cadena necesaria para el cambio de más y más individuos. ¿Qué es lo que hace que esto sea tan complejo entonces? Que se necesita fe, fortaleza en nuestras convicciones, valentía y mucha paciencia, porque el cambio que TODOS queremos no se logra en semanas ni meses, serán años los necesarios para disfrutar de ese panorama que sé que todos moldeamos y dibujamos en nuestra mente.
El inicio del cambio de Venezuela surge en el momento que yo comprendo que es mi cambio el inicio, la transformación de mis maneras, de la forma en la que interactúo en mi entorno, en mi convencimiento de que cada acción, palabra y pensamiento que nace en mí ejerce una influencia en mi entorno. Cuando reconozco, acepto y uso esta conclusión, se inicia el cambio en Venezuela.
Una de las premisas más contundentes a la hora de "propagar" nuestra filosofía religiosa, es que NUESTRA ACTITUD es la mejor prueba real. Además de los beneficios y relatos sobre cómo experimentamos la validez del daimoku, la ACTITUD que mostramos en nuestras acciones es lo que termina "convenciendo" e inspirando a los otros y probar la entonación de Nam Miojo Rengue Kio. El diálogo reiterado sigue siendo que como practicantes del Budismo no escapamos de los problemas, dificultades, preocupaciones, "situación país" (incómoda la frase, cierto?), pero nuestra postura ante todo eso imbuida de Budeidad, no permite ser influenciados de manera negativa y más bien nos sirven como el escenario perfecto (el pantano) para realizar nuestra revolución humana (la flor de loto).
Entonces, el inicio del cambio que necesita Venezuela está en la profunda reflexión de cada uno de nosotros, los practicantes del Budismo Nichiren, miembros y amigos de la SGIV, sobre cómo nos estamos comportando, cómo está siendo nuestra conducta y qué mostramos a quienes nos rodean. La frase que viene de inmediato y destaca es la sentencia de Nichiren: "El propósito con el cual nació en este mundo el buda Sakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano" (Gosho "Las tres clases de tesoros").
Recordemos que Sakyamuni aplicó una filosofía, no se puede decir que estableció una práctica "religiosa", eso vino después. Nichiren estableció la práctica religiosa de ENTONAR Nam Miojo Rengue Kio, además de recitar los dos extractos del Sutra del loto, pero su firme sentencia fue que el beneficio de esta práctica es el manifestar la Budeidad en esta existencia, y eso podemos traducirlo como COMPORTARNOS como Budas en nuestra cotidianidad.
No se trata de entrar en polémicas sobre si lo anterior significa que entonces no tenemos "derecho" a preocuparnos, a molestarnos, a deprimirnos, a frustrarnos. Eso sería negar la existencia de los 10 Mundos y por supuesto va en contra de la teoría budista, pero la misma teoría, demostrada en la vida de Sakyamuni, Nichiren y los tres presidentes de la Soka Gakkai, enseña que justamente basados en esa teoría de los 10 Mundos, su principal preocupación y esfuerzo fue basar su accionar cotidiano en la manifestación de su Budeidad, ninguno de los otros nueve. Ojo, que ser un Bodisatva de la Tierra, dicho por Daisaku Ikeda, no es otra cosa que ser "un Buda actuando". (Esto último aparece en la explicación de los Diez Mundos en el libro "La vida, un enigma")
De acá hacia adelante lo que viene es la solicitud firme y enfática de motivarnos a la reflexión necesaria: ¿cómo está siendo mi comportamiento en la actual coyuntura venezolana? Para mí, el inicio del cambio que deseamos surge de esta preocupación. Mi actitud como padre, hijo, pareja, vecino, compañero, ciudadano, ¿surge de esta preocupación o no trasciende los "seis caminos"? No hay nada más incompatible con nuestra práctica que ser "señalado" por quienes nos rodean como "el negativo, gruñón, mal educado, grosero, quejoso", y así… Si nuestra práctica está activa, firme y consistente, incluso el análisis más crudo que compartamos resultará lleno de confianza en que la Ley de la Causalidad funciona de manera irremediable.
Por supuesto que la solicitud no es dejar de quejarnos o hasta soltar una mala palabra (muy sabroso dado el caso), sino en comprender la influencia directa que nuestras causas ejercen sobre nuestro entorno. Cada uno debe desarrollar su propia manera de revisar su actitud y acciones consecuentes en cada escenario de vida que tenemos.
He mantenido una continua curiosidad por conocer el proceso de crecimiento de las organizaciones SGI más grandes, además de Japón por supuesto. En todos los casos las campañas de propagación destacan, pero con una característica que poco resaltamos: la propagación en la propia comunidad donde se vive. Es decir, por supuesto que los venezolanos estamos propagando, a mucha gente, cada vez son más los que conocen o han escuchado de Nam Miojo Rengue Kio. El detalle, la diferencia de las organizaciones que han crecido exponencialmente, es que la propagación se realizó seria y sistemáticamente en la propia comunidad donde vivía cada miembro. En Japón (con quienes no nos podemos comparar por asuntos de raíz cultural budista), la propagación que fue surgiendo en cada vecindario hizo que hoy sean los logros impresionantes que conocemos. Miembros propagando a sus propios vecinos, compartiendo - nuevamente - su comportamiento basado en la Ley Mística, hizo que la Soka Gakkai surgiera como un movimiento "social" importante, porque ofreció una herramienta realmente efectiva para la transformación de la vida de cada individuo, lo que produjo que cada comunidad fuese experimentando la supremacía de los valores budistas en el clima y ambiente de cada vecindario. Corea del Sur, Brasil, son otros dos ejemplos de lo anterior; comunidades logrando presencia de un núcleo considerable de personas practicantes del Budismo Nichiren produciendo el cambio "del aire" que se respira en sus cuadras.
Yo llegué a El Caribe (donde vivo) hace más de 35 años. Acá surgió uno de los primeros tres núcleos que tuvo la SGIV en sus inicios. Los primeros nuevos practicantes… Y no surgió distinto al resto de los Grupos de la SGI del mundo entero: un "primer practicante" le habló a otros, su conducta fue suficientemente atrayente para que otros probaran y así, cuando yo llegué, habían al menos 8 Gojonzon en dos cuadras. No la conocí, pero supe que fue una dama, esposa de ese "primer practicante" de El Caribe, quien hizo la mayor parte de la propagación. Después que muchos se mudaron, otros tantos que emigraron, otros fallecidos, hoy en día son 14, con muchos miembros alrededor de cada Gojonzon y muchos nuevos practicantes vecinos (unas 40 personas entre todos). El Caribe son tres calles y alrededor de 1.000 personas. Somos pocos porcentualmente, pero el núcleo sin duda ejerce una influencia en lo que sucede en la comunidad. No hay duda que si cada uno de nosotros comprende que el inicio del cambio de El Caribe arranca en lo que "proyectamos" al resto de los vecinos como producto de nuestra práctica, ese número crecerá exponencialmente. Desde el regreso de mi esposa de Brasil (junio de 2015) se reimpulsó el movimiento por el kosen-rufu en nuestras calles, con un ritmo de actividades muy dinámico y atrayente. Como resultado muchos ingresaron y otros tantos comenzaron a practicar, trayendo a nuevas personas de otras comunidades. Causalmente desde abril, iniciamos unas "Charlas sobre lo básico del Budismo" que brindamos a personas que no conocen nada o muy poco de Budismo, ofreciendo información básica sobre nuestra filosofía y práctica religiosa. Este lunes 31 concluye el 4 grupo desde que comenzamos en abril, han sido alrededor de 15 personas las que han participado y la mayoría ya está practicando diariamente y en su camino a ingresar como miembros de la SGIV.
Si cada practicante (PRACTICANTE, no sólo creyente) del Budismo Nichiren comienza a desarrollar esta convicción del inicio del cambio, cada calle, cuadra, vecindario, comunidad, comenzará a vivir una frecuencia vital distinta, donde la vida sea lo más valioso, donde el bien común sea natural, donde se trascienda el egoísmo. Considere todo lo anterior como una invitación, un recordatorio, pero como practicantes es incluso una obligación realizar este tipo de reflexión sobre nuestra conducta.
En un anterior escrito dije que cada quien decide cómo actuar en esta coyuntura social que vivimos, pero que cada acción DEBE surgir de nuestra Budeidad. De lo contrario no cambiamos karma, sólo reciclamos la mala fortuna.
¿Cómo nos perciben nuestros vecinos? ¿Cómo actuamos frente a compañeros? ¿Nuestro círculo de amigos reconoce como positivo el resultado de nuestra práctica? ¿Mis impresiones sobre lo que sucede en Venezuela causan rechazo o reconocimiento? No se trata de ser "alabados", sino respetados, valorados, apreciados. ESA es la mejor manera de mostrar la validez de nuestra práctica budista, desde el hogar hacia afuera. Si, incluso siendo practicante activo, uno produce rechazo en quienes nos rodean por mostrar actitud prepotente e irrespetuosa, no hay cambio en Venezuela. Si obtenemos rechazo de otros, pero por mantener postura digna, basada en el concepto del bien común, pensando en brindar bienestar a la mayoría, mostrando que no somos egoístas sino altruistas, incluso ese "rechazo" será motivo de propagación del Budismo en otros, una causa directa al cambio de nuestro entorno vecinal. Ese es el inicio del cambio.
A estas alturas ya todos los practicantes del Budismo Nichiren, miembros y amigos de la SGIV, sabemos que esto trasciende modificar conductas, es mucho más que cambios de maneras y formas de expresión. El producto de nuestra práctica se basa en la transformación de la raíz y motivación de nuestras acciones, en la frecuencia vital donde nos manejemos, en trascender el desánimo y la desesperanza a través de la profunda certeza en el cambio del destino propio y de nuestro país producto de MI revolución humana, unida a la revolución humana de cada vez más y más personas vinculadas al movimiento por el kosen-rufu de Venezuela.
Quien hace activismo político hágalo. Quienes tengamos otros escenarios para expresar nuestras opiniones políticas, aprovechemos dichos escenarios. Por otro lado, no compre barato y venda caro, no se aproveche de contratos con instituciones del estado donde sobre-facture para las "comisiones" pertinentes. No cause daño ni disfrute cuando se cause daño a otros. No convalide o justifique la violencia, no asigne un símbolo "+" o "-" a un acto violento dependiendo de quien lo genere. Finalmente, no piense que el cambio de sistema cambiará la vida, esa no es la explicación budista. La vía es el cambio de vida para que el sistema sea el apropiado. Lo anterior, por favor, entiéndalo como un diálogo dirigido totalmente al PRACTICANTE del budismo Nichiren y vinculado a la Soka Gakkai, porque es quien establece una escala de valores donde lo anterior no sólo es "lógico", sino consecuencia natural de la práctica asidua. Por otro lado, no es un atrevimiento para señalar que se debe o no cambiar "el sistema", esa opinión ya creo haberla hecho explícita desde el inicio.
En cualquier caso, seguiré siendo de los que estamos convencidos que el inicio del cambio en Venezuela arranca con las acciones que provienen de la Budeidad de cada uno de nosotros, individuos, pero unidos por la Ley de la Causalidad y el origen dependiente, que exponen el vínculo irrompible entre nuestros pensamientos, palabras y acciones y todo lo que nos rodea; desde la basura en la calle hasta el desarrollo de cada individuo y hogar de nuestra comunidad.
Hoy es el segundo día de la campaña propuesta por la DG de "60 horas de daimoku sostenido". Y es que el inicio de cualquier cambio, para los practicantes del Budismo, comienza y termina en el daimoku. Daimoku para sabiduría, coraje, esperanza, convicción, para atraer la buena fortuna que se manifieste en representantes políticos y sociales correctos y apropiados para los tiempos que vivimos, para que sin importar lo que suceda mañana o pasado seamos "imanes" que atraen los beneficios y la protección del entorno para ser dignos y vivir con dicha dignidad. En el momento que pensamos que el daimoku "no es suficiente, ¡hay que hacer otra cosa!", perdimos toda posibilidad de generar el cambio necesario por Venezuela. El daimoku PRODUCE la acción correcta y la palabra apropiada en el momento preciso.
Sigamos, el daimoku y la revolución humana que logramos son EL INICIO DEL CAMBIO.
[Nota: No se pierdan el Seikyo Criollo del tercer trimestre de 2017]
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