miércoles, 22 de marzo de 2017

El "efecto Soka"

El pasado 18 y 19 de marzo se realizó en Caracas el "Encuentro Musical Soka". Fueron tres funciones en las que los grupos culturales de la SGIV más invitados especiales compartieron el "espíritu Soka" a través de la música, danza y canto.

Por estar participando en las actividades de la SGIV desde niño, han sido muchas las actividades culturales en las que participé sobre el escenario, otras tantas en la organización y conducción logística; en este caso me tocó participar como miembro del grupo Desafío, apoyo logístico de la División de Caballeros de la SGIV y he valorado enormemente lo vivido en esta faceta de una actividad "Gakkai": la atención al público principalmente "no miembros" de la SGIV.

Aún conociendo detalles de la planificación logística, no me tocó estar ni delante ni detrás de bastidores, sino "afuera" de la actividad que se realizaba y a la que estaban convocados personas no miembros. Puede que conocieran de la SGIV o del Budismo Nichiren, puede que algunos incluso hayan participado en otras actividades culturales o diálogos, incluso pueden haber sido nuevos practicantes del Budismo Nichiren, pero la característica principal ha sido que no eran miembros, es decir, no tienen el Gojonzon que otorga la SGIV ni han ingresado como miembros activos. 

En cierta medida, el reto estuvo en lograr un nivel de actuaciones culturales propios para atraer a quien no necesariamente valora el esfuerzo de personas en su mayoría no profesionales, sino con deseos de transmitir la alegría de la práctica del Budismo Nichiren a través de la música.

Estas personas llegaron al ser invitados por familiares o amigos que sí son miembros y participan regularmente de la actividades de la SGIV, fueron invitados a disfrutar de esta actividad cultural donde los protagonistas fueron los grupos culturales establecidos de la SGIV, es decir, en principio ya conocidos por la mayoría de los miembros en presentaciones regulares en el Kaikan.

Por otro lado, como en toda actividad "para la sociedad" que organiza la Soka Gakkai, los grupos de apoyo logístico tienen protagonismo en todos los espacios alrededor del escenario: delante, detrás, dentro y fuera de la sala o auditorio donde se realice la actividad. Estos grupos de apoyo, jóvenes y adultos, mantienen la misma premisa que músicos, bailadores y cantantes: transmitir la alegría de la práctica a través de cada acción que realizan por atender y proteger a todos los involucrados en la actividad.

En mi caso, siendo de la División de Cabaleros, mi actividad como Grupo Desafío tuvo varias facetas: apoyando al comité de RRPP y promoción interna de la actividad, apoyar transportando materiales desde el Kaikan al teatro y viceversa, y apoyar instalando y resguardando la exposición "Semillas de la esperanza" en el espacio previo a la sala donde se realizaría la actividad. Justamente por este apoyo "fuera" de la sala, pude apreciar un impacto distinto de lo que pienso es el efecto Soka que se expande en todo el espacio donde la Soka Gakkai realiza sus actividades, porque al ser miembros los que actúan por el éxito de la actividad, somos los miembros, las personas, las que proyectamos el efecto que ocurre en nuestras vidas al practicar este Budismo dentro de la Soka Gakkai.

Cuando nuestra acción dentro de la SGIV nos inspira a atender a otros, a preocuparnos por el bienestar de otros, a apoyar el buen desarrollo de la actividad de otros, a ser pro-activos y buscar contribuir al buen desarrollo de todo lo solicitado o planificado... Cuando se actúa con esa motivación, es imposible que esas acciones no generen un efecto que se perciba en todo el ambiente.

En esta actividad fueron alrededor de 200 personas las involucradas y aunque fuese sólo la mitad los que actuaron con la motivación anterior, el impacto que se vive en el entorno es irremediablemente perceptible. En este caso sería un riesgo digno de correr el asegurar que casi la totalidad de esas 200 personas estaba actuando con esta motivación, quizás en distintos niveles, intensidades, hasta con euforia o emoción en distinta medida, pero con la clara actitud de estar contribuyendo al kosen-rufu de Venezuela con una acción que para muchos podría resultar imperceptible desde el punto de vista individual, pero como un conjunto de personas actuando con el mismo objetivo, los asistentes terminaron por reconocerlo, alabarlo y expresar su complacencia de distintas maneras.

Tal como en otros lugares, los responsables de la seguridad del local terminan quedando asombrados por la cantidad de personas involucradas en el apoyo logístico, no sólo los artistas o talentos, sino quienes apoyan el desarrollo de la actividad. Su asombro crece cuando terminan reconociendo que aun siendo muchos, se trabaja con organización y armonía, lo conflictos o burocracia propios de grupos numerosos no existen en la esencia de los grupos logísticos de la SGIV. Lo anterior termina logrando que, aunque al principio los responsables de la seguridad puedan mostrar el recelo o tosquedad propia de su labor, terminen siendo muy amables y ofreciendo todo el apoyo posible a los grupos logísticos de la SGIV. Pero porque es consecuencia de la acción de nuestros grupos!!! Nuestra actitud siempre amable, reconociendo y respetando la autoridad que prevalece en la institución que nos recibe, ofreciendo el apoyo posible en cualquier instancia. respetando normas y pautas, y por supuesto, dejando el local usado mejor que cuando llegamos, son todas causas que terminan extrayendo las mejores actitudes como respuesta, los mejores reconocimientos a la labor que la SGIV realiza a través de sus miembros.

Los responsables de la sala fueron otros que reconocieron la labor de los miembros de apoyo logístico de la SGIV, por su orden y concentración al realizar tareas que regularmente realizan profesionales en la materia. Como es norma, en la SGIV la mayoría de quienes apoyan no son profesionales, algunos sí, pero la mayoría somos miembros que ofrecemos nuestra mejor capacidad basada en el espíritu de estar contribuyendo al kosen-rufu de Venezuela.

El público asistente, esos que no conocen ni tienen por qué saber de lo que sucede "detrás de bastidores", en el aspecto logístico, detalles de organización, etc., esas personas que asisten porque fueron invitadas por alguien que quiso que conocieran una de las maneras en las que la SGIV contribuye a la sociedad, esas personas perciben ese efecto Soka en su máxima expresión.

Tan sólo hay que hacer el ejercicio de ir sumando esfuerzos de todos los involucrados:

  • Los organizadores, que piensan y estructuran la actividad pensando en cómo transmitir los valores universales que promueve el Budismo Nichiren y la Soka Gakkai, que convocan a los miembros para transmitirles este objetivo e idean todo el movimiento necesario para inspirar a los participantes que a su vez son quienes inspiran a los asistentes. Ya desde la estructura de la propia idea, la causa que se genera es de una magnitud contundente.
  • Los participantes, los grupos culturales de la SGIV que semana a semana fueron ensayando con sus mejores capacidades, algunos profesionales, la mayoría sólo jóvenes y adultos con inclinaciones hacia un instrumento, la danza o el canto. Todos, siendo inspirados a transmitir con cada nota, con cada paso, el significado de transformar la vida al practicar el Budismo Nichiren; realizar una actuación pensando en brindar alegría y esperanza; tocar, cantar o dar un paso con la fuerza necesaria para impartir coraje y fuerza de victoria. Pararse en el escenario, con nervios o inseguridades, pero con el deseo de cumplir con esa misión, genera una causa que no encuentra barreras para llegar al corazón de cualquier asistente.
  • Los grupos de apoyo logístico, jóvenes y adultos, nuevamente en su inmensa mayoría sin experiencia en la organización de eventos, en actividades de seguridad o de índole similar. Personas comunes, con diversidad de profesiones, que coinciden en grupos que inspiran a actuar pensando en el bienestar de todo participante, miembro y no miembro de la SGIV, invitado o simple transeúnte, público o integrante de la institución anfitriona. Todos sin excepción son receptores de la acción de Bodisatva de la Tierra que ejecuta esta persona que integra Biakuren Alegría, Guardianes de la Paz, Sol de la Paz, Visión Soka o Desafío; o cualquier otra persona que participe en este "apoyo logístico".
Haciendo el ejercicio y sumando cada acción de cada involucrado, el resultado que vamos obteniendo, de esa suma "simple", es un tamaño de causalidad positiva que hace natural sea percibido por cada persona que tan sólo "pase por ahí". El ambiente, por la premisa de la unidad del individuo y su entorno, se llena de la condición de vida de los organizadores, talentos y apoyo logístico, que girando en torno a la acción del Bodisatva de la Tierra, que no es otra cosa que "un Buda actuando".

Es por esto que los asistentes han compartido su "asombro" por cómo fueron atendidos. No han sido unos o algunos, o incluso varios, sino muchos los que han compartido con quienes los invitaron el placer que experimentaron desde que llegaron a la zona del local de la actividad. Se sintieron recibidos con tal amabilidad, cordialidad, atención, que sintieron estar en otra ciudad, en otro país. Transmitieron el placer de que tantos jóvenes les brindaran sus mejores capacidades a través de la música. Compartieron el reconocimiento por la organización, por la concentración y buen desarrollo de cada movimiento.

Personalmente aprecié algo bien particular en una de las posiciones cubiertas como Desafío. Al final de una de las funciones, el coordinador me pidió ocupar un puesto en el paso peatonal, cuyo semáforo estaba apagado. Por ser fin de semana no hay mucho tráfico pero es una calle que invita a ir con cierta velocidad y sin semáforo hay un riesgo peatonal importante. Compartí este puesto con otro compañero, y del otro lado del paso peatonal otros tres miembros del Grupo Desafío. Finalizaba una de las funciones y las casi 350 personas comenzaban su salida y retorno a sus hogares, la gran mayoría a pie. Sin tener la instrucción clara, de manera natural y pensando en los participantes que debían pasar por este paso peatonal buscando la estación del Metro, comenzamos a prácticamente hacer de "semáforos", y mientras yo sólo agitaba las manos para ir señalando a los conductores que bajaran la velocidad, mi compañero progresivamente se adentraba cada vez más en la calle para solicitar frenaran. Los compañeros del frente, organizaban para que fuesen pasando agrupados. 

Fueron unos 20 o 30 minutos de hacer esta tarea. Durante todo ese tiempo toda persona que pasó, hubiese ido o no a la actividad de la SGIV, luego de mirarnos con extrañeza, su rostro se llenaba de agradecimiento que muchos no dudaron en expresarlo verbalmente. "¡Gracias, son muy amables!" fue una frase muy escuchada por nosotros. "¡Gracias por todo hermano!", me gritaba un caballero que asistió junto a su esposa y que había sido recibido por mí horas antes. Pero fue particularmente llamativo, que los propios conductores respondían a la solicitud de frenar sin mayores molestias. Muchos con el vidrio abajo mostraban rostro de la misma extrañeza agradable, y algunos otros incluso mostraban el pulgar hacia arriba en señal de aprobación.

Todo eso lo atribuyo a ese efecto Soka. Soka es creación de valor y nuestras acciones crean valor justamente en ese momento cuando logramos transcender nuestra propia comodidad, bienestar egoísta y desinterés en los demás. Cuando nuestra acción surge de nuestra Budeidad el efecto en el entorno toca la vida de los demás en una medida incalculable. Creo que el detalle es CREER en esta gran premisa que sentencia el Budismo Nichiren y que en la Soka Gakkai se promueve como una máxima.

Creo necesario que volvamos a la raíz, a la fuente de la actividad de la Soka Gakkai, de la SGIV, que invita a convencernos de que esa influencia, más que poder, se DEBE lograr en todo escenario donde se realice una actividad de la SGIV. Podemos hablar de reuniones de diálogo hasta planificaciones, cuando nos reunimos con otros para hacer daimoku o estudiar un tema. Cuando vamos al hogar de un miembro o cuando vamos al Kaikan. Toda ocasión, todo escenario debe ser EL escenario para lograr el mismo efecto Soka del 18 y 19 de marzo. Incluso, más a la raíz, en el hogar de cada uno de nosotros, la zona donde vivimos, sea barrio, calle, urbanización, edificio, etc., en nuestro trabajo o lugar de estudio, lo vivido este fin de semana por los involucrados debería darnos más convicción y FE en que el efecto Soka es algo real, auténtico y resulta ser la única manera de cambiar la sociedad.

El pedazo de Caracas que vivió el "Encuentro Musical Soka" experimentó el efecto Soka. Quienes tan sólo "pasaron por ahí" sintieron que estaban en otra ciudad, en otro país. Pero era el mismo!!! La misma Venezuela!!! Pero fue un pedacito de Caracas que se llenó de Budas. Esa fue la gran diferencia. Eso fue la causa para el efecto Soka.

Al igual que actividades anteriores, el "Encuentro Musical Soka" ha generado muchas emociones. Los participantes harán inolvidable este evento en la medida de su participación, compromiso con el objetivo y experiencias individuales. El punto de aprendizaje va de la mano a la gran reflexión sobre el origen de lo logrado, la causa que generó el efecto: el esfuerzo para que la causa surgiera de la Budeidad, produjo el efecto Soka.

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