Hoy, sea del "bando ideológico" que usted sea, debe compartir la apreciación de que "el desorden y el caos" predominan. Aun asumiendo responsablemente que cualquier apreciación sobre lo que sucede responde a la total subjetividad que cada uno tiene, hay "sucesos" que deben ser reprochables por cualquiera. La muerte violenta de cualquier persona, el desabastecimiento de medicinas y alimentos, la inseguridad consecuencia del malandraje desbordado, además de la falta de justicia o aplicación imparcial de la misma, cuerpos de seguridad causando inseguridad y miedo… y remata que mañana domingo 30 de julio está convocada una actividad que un lado promete como la solución definitiva a todos los problemas de Venezuela, mientras que yo comparto la postura de que es una nefasta opción desde su concepción. Decido NO participar e incluso pienso que debería ser la expresión de protesta más explícita de la mayoría, pero no renuncio a la postura de respetar la decisión de cualquiera que desee hacerlo.
Acepto y comprendo que lo anterior puede causar un total desacuerdo en algunos, sin embargo sabemos que la subjetividad no sólo es normal, sino necesaria como individuos. En cualquier caso, escribo para compañeros miembros y amigos de la SGI de Venezuela, practicantes del Budismo Nichiren con apreciación igual, similar o distinta a lo anterior, pero con la postura de transformar lo que hace falta para lograr una sociedad venezolana con valores distintos a los que hoy predominan.
En mayor o menor medida todos estamos a la expectativa por lo que está sucediendo y con distintas posturas sobre lo que va a suceder. Por supuesto, muy influenciados por lo que dicen, escriben, o no dicen ni escriben, hacen o no, en fin… la influencia que ejercen los "actores políticos" y los protagonistas en la calle nos mantienen en una constante necesidad por desarrollar las mejores cualidades producto de nuestra práctica, porque de lo contrario los "senderos del mal" se convierten en nuestra tendencia básica.
Todo este panorama hace que tanto a nivel individual como compañeros pertenecientes a una organización (SGIV), caigamos en la continua duda sobre qué hacer, cómo actuar o proceder, porque sin duda somos ciudadanos partícipes de lo que vemos a nuestro alrededor, algunos más cerca del centro del "huracán" que otros (hoy en día miembros y sedes de Grupos han sido víctimas directas de la violencia); todos con la inquietud lógica sobre cómo abordar nuestra compleja situación manteniendo nuestra identidad como practicantes del Budismo Nichiren.
Quizás la última frase para algunos por momentos no sea tan "natural" o incluso nada cómoda. Porque es evidente que al reaccionar por instinto ante lo que sucede hoy en Venezuela resulta "un trabajo" el desarrollar la postura de sabiduría, coraje, esperanza y convicción que propone el Budismo Nichiren. Pero, esa es justamente la razón de nuestra práctica, actuar basados en la Budeidad que PODEMOS y DEBEMOS extraer con nuestro daimoku.
Cuando conversamos sobre política con cualquiera, sobre el análisis social de lo que sucede, incluso desde la perspectiva de la economía nacional, las propuestas sobre "lo necesario o más conveniente" pueden ser tan numerosas y distintas como individuos intervengan. Cada quien posee capacidad de análisis y resolución de las acciones que considera más convenientes, algunas serán radicales otras no tanto; algunas serán de fácil consenso y otras totalmente antagónicas.
La esencia seguirá siendo la siguiente: las acciones que como individuo decido realizar serán totalmente válidas por ser "mi derecho" universal a la libertad de pensamiento y acción, más lo que buscamos los practicantes del Budismo Nichiren es que la raíz sea mi firme identificación con la postura del Bodisatvas de la Tierra. Esto, con todo el énfasis posible, es lo que creo termina siendo la base de nuestra práctica del Budismo Nichiren y nuestro activismo como miembros de la SGI de Venezuela. Si la motivación de nuestras acciones no surge de esta identidad, surgirán de cualquiera de los mundos distintos a la Budeidad, servirán como "curitas" que intentan cambiar el efecto y no la causa, sólo servirán para seguir reforzando el círculo viciosos de la violencia, corrupción, intolerancia e irrespeto por la dignidad de la vida. Nuevamente, sólo la acción que surge de la profunda y sincera convicción (FE) de corregir la CAUSA del mal que hoy predomina, puede generar el EFECTO deseado de una sociedad Venezolana donde la felicidad y la dignidad de todo individuo sean lo que mueva la política, la economía y cualquier aspecto que interviene en el desarrollo de una comunidad. Eso es ser un Buda en acción.
Lo que deseamos cambiar no puede sólo incluir los aspectos de forma: sistema político, judicial, económico, fiscal, comunitario, etc. Nuestro deseo de cambio debe reconocer que lo torcido o sucio que hoy predomina se basa en la manifestación desbordada de la avaricia y la perversión que se muestran a través del poco aprecio a la vida y al bienestar común. Es más importante acumular y mantener el poder y riquezas que el costo humano que ello produce. Eso se manifiesta desde los bachaqueros hasta los más altos corruptos acumuladores de cantidades groseras de dinero mal obtenido. Entonces, es imposible no reconocer que el cambio necesario está en lo que mueve y motiva a los individuos, no sólo los que hoy detentan algún poder, sino también en aquellos que nos rodean, incluso nosotros mismos. Quizás, la labor más compleja pero la más necesaria, es reconocer que en el propio corazón vive y sobrevive (a nuestra práctica continua) la esencia de la violencia, irrespeto, discriminación e intolerancia. Y sólo cuando reconocemos esta "realidad de la vida" y actuamos en consecuencia (hacemos daimoku con la fuerza necesaria), es que producimos el cambio que se necesita para que nuestra sociedad se convierta en lo que estoy seguro que todos deseamos: un escenario de personas dignas, respetadas y respetables, que piensan y actúan por el bienestar común.
El inicio de ese cambio comienza a revelarse con más claridad: somos los protagonistas de dicho cambio, porque se inicia en nosotros con el objetivo de generar la reacción en cadena necesaria para el cambio de más y más individuos. ¿Qué es lo que hace que esto sea tan complejo entonces? Que se necesita fe, fortaleza en nuestras convicciones, valentía y mucha paciencia, porque el cambio que TODOS queremos no se logra en semanas ni meses, serán años los necesarios para disfrutar de ese panorama que sé que todos moldeamos y dibujamos en nuestra mente.
El inicio del cambio de Venezuela surge en el momento que yo comprendo que es mi cambio el inicio, la transformación de mis maneras, de la forma en la que interactúo en mi entorno, en mi convencimiento de que cada acción, palabra y pensamiento que nace en mí ejerce una influencia en mi entorno. Cuando reconozco, acepto y uso esta conclusión, se inicia el cambio en Venezuela.
Una de las premisas más contundentes a la hora de "propagar" nuestra filosofía religiosa, es que NUESTRA ACTITUD es la mejor prueba real. Además de los beneficios y relatos sobre cómo experimentamos la validez del daimoku, la ACTITUD que mostramos en nuestras acciones es lo que termina "convenciendo" e inspirando a los otros y probar la entonación de Nam Miojo Rengue Kio. El diálogo reiterado sigue siendo que como practicantes del Budismo no escapamos de los problemas, dificultades, preocupaciones, "situación país" (incómoda la frase, cierto?), pero nuestra postura ante todo eso imbuida de Budeidad, no permite ser influenciados de manera negativa y más bien nos sirven como el escenario perfecto (el pantano) para realizar nuestra revolución humana (la flor de loto).
Entonces, el inicio del cambio que necesita Venezuela está en la profunda reflexión de cada uno de nosotros, los practicantes del Budismo Nichiren, miembros y amigos de la SGIV, sobre cómo nos estamos comportando, cómo está siendo nuestra conducta y qué mostramos a quienes nos rodean. La frase que viene de inmediato y destaca es la sentencia de Nichiren: "El propósito con el cual nació en este mundo el buda Sakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano" (Gosho "Las tres clases de tesoros").
Recordemos que Sakyamuni aplicó una filosofía, no se puede decir que estableció una práctica "religiosa", eso vino después. Nichiren estableció la práctica religiosa de ENTONAR Nam Miojo Rengue Kio, además de recitar los dos extractos del Sutra del loto, pero su firme sentencia fue que el beneficio de esta práctica es el manifestar la Budeidad en esta existencia, y eso podemos traducirlo como COMPORTARNOS como Budas en nuestra cotidianidad.
No se trata de entrar en polémicas sobre si lo anterior significa que entonces no tenemos "derecho" a preocuparnos, a molestarnos, a deprimirnos, a frustrarnos. Eso sería negar la existencia de los 10 Mundos y por supuesto va en contra de la teoría budista, pero la misma teoría, demostrada en la vida de Sakyamuni, Nichiren y los tres presidentes de la Soka Gakkai, enseña que justamente basados en esa teoría de los 10 Mundos, su principal preocupación y esfuerzo fue basar su accionar cotidiano en la manifestación de su Budeidad, ninguno de los otros nueve. Ojo, que ser un Bodisatva de la Tierra, dicho por Daisaku Ikeda, no es otra cosa que ser "un Buda actuando". (Esto último aparece en la explicación de los Diez Mundos en el libro "La vida, un enigma")
De acá hacia adelante lo que viene es la solicitud firme y enfática de motivarnos a la reflexión necesaria: ¿cómo está siendo mi comportamiento en la actual coyuntura venezolana? Para mí, el inicio del cambio que deseamos surge de esta preocupación. Mi actitud como padre, hijo, pareja, vecino, compañero, ciudadano, ¿surge de esta preocupación o no trasciende los "seis caminos"? No hay nada más incompatible con nuestra práctica que ser "señalado" por quienes nos rodean como "el negativo, gruñón, mal educado, grosero, quejoso", y así… Si nuestra práctica está activa, firme y consistente, incluso el análisis más crudo que compartamos resultará lleno de confianza en que la Ley de la Causalidad funciona de manera irremediable.
Por supuesto que la solicitud no es dejar de quejarnos o hasta soltar una mala palabra (muy sabroso dado el caso), sino en comprender la influencia directa que nuestras causas ejercen sobre nuestro entorno. Cada uno debe desarrollar su propia manera de revisar su actitud y acciones consecuentes en cada escenario de vida que tenemos.
He mantenido una continua curiosidad por conocer el proceso de crecimiento de las organizaciones SGI más grandes, además de Japón por supuesto. En todos los casos las campañas de propagación destacan, pero con una característica que poco resaltamos: la propagación en la propia comunidad donde se vive. Es decir, por supuesto que los venezolanos estamos propagando, a mucha gente, cada vez son más los que conocen o han escuchado de Nam Miojo Rengue Kio. El detalle, la diferencia de las organizaciones que han crecido exponencialmente, es que la propagación se realizó seria y sistemáticamente en la propia comunidad donde vivía cada miembro. En Japón (con quienes no nos podemos comparar por asuntos de raíz cultural budista), la propagación que fue surgiendo en cada vecindario hizo que hoy sean los logros impresionantes que conocemos. Miembros propagando a sus propios vecinos, compartiendo - nuevamente - su comportamiento basado en la Ley Mística, hizo que la Soka Gakkai surgiera como un movimiento "social" importante, porque ofreció una herramienta realmente efectiva para la transformación de la vida de cada individuo, lo que produjo que cada comunidad fuese experimentando la supremacía de los valores budistas en el clima y ambiente de cada vecindario. Corea del Sur, Brasil, son otros dos ejemplos de lo anterior; comunidades logrando presencia de un núcleo considerable de personas practicantes del Budismo Nichiren produciendo el cambio "del aire" que se respira en sus cuadras.
Yo llegué a El Caribe (donde vivo) hace más de 35 años. Acá surgió uno de los primeros tres núcleos que tuvo la SGIV en sus inicios. Los primeros nuevos practicantes… Y no surgió distinto al resto de los Grupos de la SGI del mundo entero: un "primer practicante" le habló a otros, su conducta fue suficientemente atrayente para que otros probaran y así, cuando yo llegué, habían al menos 8 Gojonzon en dos cuadras. No la conocí, pero supe que fue una dama, esposa de ese "primer practicante" de El Caribe, quien hizo la mayor parte de la propagación. Después que muchos se mudaron, otros tantos que emigraron, otros fallecidos, hoy en día son 14, con muchos miembros alrededor de cada Gojonzon y muchos nuevos practicantes vecinos (unas 40 personas entre todos). El Caribe son tres calles y alrededor de 1.000 personas. Somos pocos porcentualmente, pero el núcleo sin duda ejerce una influencia en lo que sucede en la comunidad. No hay duda que si cada uno de nosotros comprende que el inicio del cambio de El Caribe arranca en lo que "proyectamos" al resto de los vecinos como producto de nuestra práctica, ese número crecerá exponencialmente. Desde el regreso de mi esposa de Brasil (junio de 2015) se reimpulsó el movimiento por el kosen-rufu en nuestras calles, con un ritmo de actividades muy dinámico y atrayente. Como resultado muchos ingresaron y otros tantos comenzaron a practicar, trayendo a nuevas personas de otras comunidades. Causalmente desde abril, iniciamos unas "Charlas sobre lo básico del Budismo" que brindamos a personas que no conocen nada o muy poco de Budismo, ofreciendo información básica sobre nuestra filosofía y práctica religiosa. Este lunes 31 concluye el 4 grupo desde que comenzamos en abril, han sido alrededor de 15 personas las que han participado y la mayoría ya está practicando diariamente y en su camino a ingresar como miembros de la SGIV.
Si cada practicante (PRACTICANTE, no sólo creyente) del Budismo Nichiren comienza a desarrollar esta convicción del inicio del cambio, cada calle, cuadra, vecindario, comunidad, comenzará a vivir una frecuencia vital distinta, donde la vida sea lo más valioso, donde el bien común sea natural, donde se trascienda el egoísmo. Considere todo lo anterior como una invitación, un recordatorio, pero como practicantes es incluso una obligación realizar este tipo de reflexión sobre nuestra conducta.
En un anterior escrito dije que cada quien decide cómo actuar en esta coyuntura social que vivimos, pero que cada acción DEBE surgir de nuestra Budeidad. De lo contrario no cambiamos karma, sólo reciclamos la mala fortuna.
¿Cómo nos perciben nuestros vecinos? ¿Cómo actuamos frente a compañeros? ¿Nuestro círculo de amigos reconoce como positivo el resultado de nuestra práctica? ¿Mis impresiones sobre lo que sucede en Venezuela causan rechazo o reconocimiento? No se trata de ser "alabados", sino respetados, valorados, apreciados. ESA es la mejor manera de mostrar la validez de nuestra práctica budista, desde el hogar hacia afuera. Si, incluso siendo practicante activo, uno produce rechazo en quienes nos rodean por mostrar actitud prepotente e irrespetuosa, no hay cambio en Venezuela. Si obtenemos rechazo de otros, pero por mantener postura digna, basada en el concepto del bien común, pensando en brindar bienestar a la mayoría, mostrando que no somos egoístas sino altruistas, incluso ese "rechazo" será motivo de propagación del Budismo en otros, una causa directa al cambio de nuestro entorno vecinal. Ese es el inicio del cambio.
A estas alturas ya todos los practicantes del Budismo Nichiren, miembros y amigos de la SGIV, sabemos que esto trasciende modificar conductas, es mucho más que cambios de maneras y formas de expresión. El producto de nuestra práctica se basa en la transformación de la raíz y motivación de nuestras acciones, en la frecuencia vital donde nos manejemos, en trascender el desánimo y la desesperanza a través de la profunda certeza en el cambio del destino propio y de nuestro país producto de MI revolución humana, unida a la revolución humana de cada vez más y más personas vinculadas al movimiento por el kosen-rufu de Venezuela.
Quien hace activismo político hágalo. Quienes tengamos otros escenarios para expresar nuestras opiniones políticas, aprovechemos dichos escenarios. Por otro lado, no compre barato y venda caro, no se aproveche de contratos con instituciones del estado donde sobre-facture para las "comisiones" pertinentes. No cause daño ni disfrute cuando se cause daño a otros. No convalide o justifique la violencia, no asigne un símbolo "+" o "-" a un acto violento dependiendo de quien lo genere. Finalmente, no piense que el cambio de sistema cambiará la vida, esa no es la explicación budista. La vía es el cambio de vida para que el sistema sea el apropiado. Lo anterior, por favor, entiéndalo como un diálogo dirigido totalmente al PRACTICANTE del budismo Nichiren y vinculado a la Soka Gakkai, porque es quien establece una escala de valores donde lo anterior no sólo es "lógico", sino consecuencia natural de la práctica asidua. Por otro lado, no es un atrevimiento para señalar que se debe o no cambiar "el sistema", esa opinión ya creo haberla hecho explícita desde el inicio.
En cualquier caso, seguiré siendo de los que estamos convencidos que el inicio del cambio en Venezuela arranca con las acciones que provienen de la Budeidad de cada uno de nosotros, individuos, pero unidos por la Ley de la Causalidad y el origen dependiente, que exponen el vínculo irrompible entre nuestros pensamientos, palabras y acciones y todo lo que nos rodea; desde la basura en la calle hasta el desarrollo de cada individuo y hogar de nuestra comunidad.
Hoy es el segundo día de la campaña propuesta por la DG de "60 horas de daimoku sostenido". Y es que el inicio de cualquier cambio, para los practicantes del Budismo, comienza y termina en el daimoku. Daimoku para sabiduría, coraje, esperanza, convicción, para atraer la buena fortuna que se manifieste en representantes políticos y sociales correctos y apropiados para los tiempos que vivimos, para que sin importar lo que suceda mañana o pasado seamos "imanes" que atraen los beneficios y la protección del entorno para ser dignos y vivir con dicha dignidad. En el momento que pensamos que el daimoku "no es suficiente, ¡hay que hacer otra cosa!", perdimos toda posibilidad de generar el cambio necesario por Venezuela. El daimoku PRODUCE la acción correcta y la palabra apropiada en el momento preciso.
Sigamos, el daimoku y la revolución humana que logramos son EL INICIO DEL CAMBIO.
[Nota: No se pierdan el Seikyo Criollo del tercer trimestre de 2017]
sábado, 29 de julio de 2017
jueves, 18 de mayo de 2017
Ser budista, hoy, en Venezuela
Aunque el título suene regionalista, no lo es. Sólo es la forma en la que resumo lo que intento expresar como la postura que quienes practicamos el budismo Nichiren y somos miembros de la SGIV deberíamos tener presente en este momento más que nunca.
Al igual que todos, la preocupación por lo que vive nuestro país ocupa gran parte de nuestra energía vital, de nuestro tiempo vital, retumban en la propia mente tantas cosas que suceden y que uno piensa que deberían ser distintas, que deben ser distintas. Lo que sucede en Venezuela hoy, mayo de 2017, es el cúmulo de tantos desaciertos a nivel social, político, económico, ideológico, etc., pero al final, todos esos aspectos sólo reflejan el gran "desacierto mayor", la gran causa negativa que se ha venido filtrando e instaurando en la cotidianidad de nuestro país, y por supuesto en gran parte del mundo: el irrespeto al valor máximo de la vida.
Irrespetar LA VIDA termina reflejándose en el menosprecio al débil, en la manipulación, el aprovechamiento de los recursos que no son míos pero a los que tengo acceso, sin importar dejar a muchos sin acceso a los mismos bienes que deberían ser comunes. El irrespeto a la vida se manifiesta en una infraestructura de salud pública muy deteriorada, en una economía dependiente y basada en la ley de la supervivencia del más fuerte, o del más vivo. Eso, es irrespeto a la vida. Pero la expresión más ruda de ese irrespeto son las cifras nefastas de muertes violentas que vienen sucediendo en Venezuela no este mes, ni los últimos dos meses, sino desde hace años. Son centenares de personas al mes que han sido víctimas fatales de la violencia. No entro en conflicto con quienes tengan dudas de esas cifras… no son 500? Son 400 o 250 al mes? No importa!!!! Son centenas de personas víctimas fatales de la violencia!!!!!!!
Creo que hoy de lo que se trata es de pulir la vida, pulir nuestra octava conciencia y que surja desde lo profundo de la vida la novena, para terminar de caer en cuenta de que es URGENTE que esto se detenga, frenar y erradicar de nuestro país la violencia instalada. Nuestra misión es "caer en cuenta" de la influencia que podemos ejercer en nuestro entorno si TODOS los que decimos ser practicantes del Budismo Nichiren y SOMOS miembros y amigos de la SGIV, terminamos por transcender las diferencias, los criterios, las ideas, y nos enfocamos en la única gran causa que transforma una sociedad: daimoku por el kosen-rufu y la propagación para que más personas compartan y apliquen los valores HUMANISTAS del Budismo.
Hemos vivido varios momentos álgidos como el actual en años anteriores. Nuevamente, para unos serán iguales para otros diferentes, mejores o peores, pero la premisa sigue siendo la misma: por qué nos toca atravesar el camino del irrespeto por la vida de manera tan reiterada? Por qué deben seguir siendo 200 o 300 las víctimas fatales de la violencia? Ni países en guerra tienen tantas víctimas fatales!!!!!
El odio, la frustración, el resentimiento, el deseo de venganza, son expresiones de los "mundos bajos" en el budismo. Ninguno de los seis caminos nos conducen a realizar una causa positiva. Así que TODO lo que surge de esas condiciones sólo son el alimento de más mala fortuna, del reciclado del mal karma. Mi solicitud e invitación a mis compañeros miembros y amigos de la SGIV, es a revisar desde dónde están surgiendo las acciones que se realizan, cuál es la fuente y motivación de mi acción civil y ciudadana. Sólo reflexionando sobre esto es que se va a lograr la transformación de raíz de nuestro karma país.
Confieso que la tristeza por lo que vive nuestro país me aborda con mucha más contundencia cuando "veo" el conflicto apasionado y desbordado de miembros y amigos de la SGIV en diálogos inútiles sobre quién está en lo correcto y quién equivocado, quién tiene moral para hablar y quién no, quién respalda la ideología correcta, cuál es la acción que sirve… Y aunque a veces las palabras "daimoku", "kosen-rufu" están presentes en esos diálogos, se deja explícito que prevalece la postura que SEPARA a uno del otro. La tristeza se transforma en malestar e incomodidad (quienes me conocen pueden sustituir lo anterior por la palabra usual), cuando usan alguna orientación de Sensei o un gosho para justificar aún más "su idea" de lo correcto, su perspectiva de lo que "quiso decir" el mentor. Cuando la manipulación llega a esa nivel, sólo el daimoku me mantiene en el canal del amor compasivo por todos y cada uno de los involucrados.
Las acciones son las CAUSAS que necesitamos revisar. Hoy estamos muy atentos de los efectos, de lo que vivimos y que queremos cambiar, pero sin duda estamos tan concentrados en el efecto que perdemos de vista que si no cambiamos el ORIGEN de la causa no estamos construyendo un efecto distinto!!! Quiero una sociedad distinta, un país distinto… pero qué es lo distinto que quiero???
Más allá de sistemas, esquemas, índices, estadísticas, formas que quiera transformar, COMO BUDISTA no puedo permitirme una motivación distinta al deseo de que prevalezca EL RESPETO A LA VIDA!!!!! Hoy, el único cambio necesario y que va a permitir que el resto de los factores en la sociedad se transformen, es lograr que la vida en Venezuela vuelva a ser un valor primordial, imprescindible, necesario para erigir cualquier concepto de sociedad modelo. Mientras no logremos que en nuestras calles vuelva a respirarse el respeto por la vida, no habrá sistema posible que nos lleve a una sociedad mejor. Es imprescindible que cese el irrespeto a la vida, mía, tuya, del otro, de TODOS!!!!
Cuando cada uno de nosotros, practicantes del Budismo Nichiren miembros y amigos de la SGIV, logremos reconocer el instante en que el irrespeto por la vida prevalece en mis acciones y transformar la propia vida desde el interior (REVOLUCIÓN HUMANA) para lograr actuar desde la condición de vida del Bodisatva de la Tierra y la Budeidad, nuestras acciones, nuestras CAUSAS, comenzarán a crear el gran efecto deseado: una sociedad mejor, una Venezuela mejor. Creo que todos, sin importar el color que tenga la franela, queremos eso: una Venezuela mejor.
Quien desee marchar, siga haciéndolo. Desea salir y despejarlas calles trancadas? Hágalo. Si milita en un partido, siga. Si pertenece a una agrupación social, continúe. Hoy, eso ya no es lo más importante.
La Soka Gakkai con sus 87 años, la SGI con su presencia en 192 países y territorios, ha demostrado que la única causa que genera y produce el cambio que requiere una sociedad es el DAIMOKU POR EL KOSEN-RUFU Y LA PROPAGACIÓN DEL BUDISMO NICHIREN, que producen la revolución humana en más y más individuos. Decenas de países son ejemplo de atravesar procesos similares al nuestro y salir más que victoriosos, produciendo comunidades y sociedades renovadas donde prevalece el valor de la vida de cada ser vivo. ¿Cuál fue la acción "misteriosa" que desarrollaron? La propagación, es los círculos cercanos a cada persona practicante del Budismo Nichiren, desarrollaron una ola de daimoku y propagación que originó el cambio de su sociedad.
Nichiren dice que sus seguidores debemos "trascender las diferencias visibles y ser como los peces y el agua en que nadan". Hoy en Venezuela somos tiburones y ballenas buscando a quién comemos, otros somos el cardumen que será el alimento de los peces más grandes, algunos en el Mar Caribe, otros en el Mar Rojo, y otros en el Mar Negro… Increíble… Ojo, hago énfasis especial en "los seguidores" del Daishonin, no en el resto de los ciudadanos, porque conocer la Ley Mística nos hace mucho más responsables del cambio de entorno.
Creo que las diferencias que prevalecen hoy y que seguirán existiendo, sólo se trascienden cuando logramos enraizar nuestra causa común por el respeto a la vida, el daimoku por la protección y seguridad de todos los que nos rodean, daimoku para frenar las víctimas fatales de la violencia, daimoku para que prevalezca el respeto máximo a la vida de toda persona. Ese daimoku me DEBE unir a todos y cada uno de mis compañeros practicantes, miembros y amigos.
Puedo tener una ideología? Puedo respaldar un movimiento político? Puedo accionar desde mi identidad ciudadana? ¡Por supuesto! El gran detalle que todavía nos falta pulir a la inmensa mayoría, es que antes de ser entes sociales y ciudadanos, somos BUDISTAS, practicantes y miembros de la SGIV. Ese "orden de los factores", "SÍ altera el producto". Es distinto pensar PRIMERO como practicante del Budismo Nichiren y a partir de ahí actuar como ciudadano. La causa nace desde una condición de vida distinta, trascender los seis caminos es lo que importa. Sólo cuando nos identificamos ANTE EL RESTO DEL MUNDO como un Budista Nichiren, practicante, miembro o amigo de la SGIV, la acción que surge de nuestra vida está enraizada en el Bodisatva de la Tierra, en la BUDEIDAD.
Eso, para mí, es SER UN BUDISTA, HOY, EN VENEZUELA.
Al igual que todos, la preocupación por lo que vive nuestro país ocupa gran parte de nuestra energía vital, de nuestro tiempo vital, retumban en la propia mente tantas cosas que suceden y que uno piensa que deberían ser distintas, que deben ser distintas. Lo que sucede en Venezuela hoy, mayo de 2017, es el cúmulo de tantos desaciertos a nivel social, político, económico, ideológico, etc., pero al final, todos esos aspectos sólo reflejan el gran "desacierto mayor", la gran causa negativa que se ha venido filtrando e instaurando en la cotidianidad de nuestro país, y por supuesto en gran parte del mundo: el irrespeto al valor máximo de la vida.
Irrespetar LA VIDA termina reflejándose en el menosprecio al débil, en la manipulación, el aprovechamiento de los recursos que no son míos pero a los que tengo acceso, sin importar dejar a muchos sin acceso a los mismos bienes que deberían ser comunes. El irrespeto a la vida se manifiesta en una infraestructura de salud pública muy deteriorada, en una economía dependiente y basada en la ley de la supervivencia del más fuerte, o del más vivo. Eso, es irrespeto a la vida. Pero la expresión más ruda de ese irrespeto son las cifras nefastas de muertes violentas que vienen sucediendo en Venezuela no este mes, ni los últimos dos meses, sino desde hace años. Son centenares de personas al mes que han sido víctimas fatales de la violencia. No entro en conflicto con quienes tengan dudas de esas cifras… no son 500? Son 400 o 250 al mes? No importa!!!! Son centenas de personas víctimas fatales de la violencia!!!!!!!
Creo que hoy de lo que se trata es de pulir la vida, pulir nuestra octava conciencia y que surja desde lo profundo de la vida la novena, para terminar de caer en cuenta de que es URGENTE que esto se detenga, frenar y erradicar de nuestro país la violencia instalada. Nuestra misión es "caer en cuenta" de la influencia que podemos ejercer en nuestro entorno si TODOS los que decimos ser practicantes del Budismo Nichiren y SOMOS miembros y amigos de la SGIV, terminamos por transcender las diferencias, los criterios, las ideas, y nos enfocamos en la única gran causa que transforma una sociedad: daimoku por el kosen-rufu y la propagación para que más personas compartan y apliquen los valores HUMANISTAS del Budismo.
Hemos vivido varios momentos álgidos como el actual en años anteriores. Nuevamente, para unos serán iguales para otros diferentes, mejores o peores, pero la premisa sigue siendo la misma: por qué nos toca atravesar el camino del irrespeto por la vida de manera tan reiterada? Por qué deben seguir siendo 200 o 300 las víctimas fatales de la violencia? Ni países en guerra tienen tantas víctimas fatales!!!!!
El odio, la frustración, el resentimiento, el deseo de venganza, son expresiones de los "mundos bajos" en el budismo. Ninguno de los seis caminos nos conducen a realizar una causa positiva. Así que TODO lo que surge de esas condiciones sólo son el alimento de más mala fortuna, del reciclado del mal karma. Mi solicitud e invitación a mis compañeros miembros y amigos de la SGIV, es a revisar desde dónde están surgiendo las acciones que se realizan, cuál es la fuente y motivación de mi acción civil y ciudadana. Sólo reflexionando sobre esto es que se va a lograr la transformación de raíz de nuestro karma país.
Confieso que la tristeza por lo que vive nuestro país me aborda con mucha más contundencia cuando "veo" el conflicto apasionado y desbordado de miembros y amigos de la SGIV en diálogos inútiles sobre quién está en lo correcto y quién equivocado, quién tiene moral para hablar y quién no, quién respalda la ideología correcta, cuál es la acción que sirve… Y aunque a veces las palabras "daimoku", "kosen-rufu" están presentes en esos diálogos, se deja explícito que prevalece la postura que SEPARA a uno del otro. La tristeza se transforma en malestar e incomodidad (quienes me conocen pueden sustituir lo anterior por la palabra usual), cuando usan alguna orientación de Sensei o un gosho para justificar aún más "su idea" de lo correcto, su perspectiva de lo que "quiso decir" el mentor. Cuando la manipulación llega a esa nivel, sólo el daimoku me mantiene en el canal del amor compasivo por todos y cada uno de los involucrados.
Las acciones son las CAUSAS que necesitamos revisar. Hoy estamos muy atentos de los efectos, de lo que vivimos y que queremos cambiar, pero sin duda estamos tan concentrados en el efecto que perdemos de vista que si no cambiamos el ORIGEN de la causa no estamos construyendo un efecto distinto!!! Quiero una sociedad distinta, un país distinto… pero qué es lo distinto que quiero???
Más allá de sistemas, esquemas, índices, estadísticas, formas que quiera transformar, COMO BUDISTA no puedo permitirme una motivación distinta al deseo de que prevalezca EL RESPETO A LA VIDA!!!!! Hoy, el único cambio necesario y que va a permitir que el resto de los factores en la sociedad se transformen, es lograr que la vida en Venezuela vuelva a ser un valor primordial, imprescindible, necesario para erigir cualquier concepto de sociedad modelo. Mientras no logremos que en nuestras calles vuelva a respirarse el respeto por la vida, no habrá sistema posible que nos lleve a una sociedad mejor. Es imprescindible que cese el irrespeto a la vida, mía, tuya, del otro, de TODOS!!!!
Cuando cada uno de nosotros, practicantes del Budismo Nichiren miembros y amigos de la SGIV, logremos reconocer el instante en que el irrespeto por la vida prevalece en mis acciones y transformar la propia vida desde el interior (REVOLUCIÓN HUMANA) para lograr actuar desde la condición de vida del Bodisatva de la Tierra y la Budeidad, nuestras acciones, nuestras CAUSAS, comenzarán a crear el gran efecto deseado: una sociedad mejor, una Venezuela mejor. Creo que todos, sin importar el color que tenga la franela, queremos eso: una Venezuela mejor.
Quien desee marchar, siga haciéndolo. Desea salir y despejarlas calles trancadas? Hágalo. Si milita en un partido, siga. Si pertenece a una agrupación social, continúe. Hoy, eso ya no es lo más importante.
La Soka Gakkai con sus 87 años, la SGI con su presencia en 192 países y territorios, ha demostrado que la única causa que genera y produce el cambio que requiere una sociedad es el DAIMOKU POR EL KOSEN-RUFU Y LA PROPAGACIÓN DEL BUDISMO NICHIREN, que producen la revolución humana en más y más individuos. Decenas de países son ejemplo de atravesar procesos similares al nuestro y salir más que victoriosos, produciendo comunidades y sociedades renovadas donde prevalece el valor de la vida de cada ser vivo. ¿Cuál fue la acción "misteriosa" que desarrollaron? La propagación, es los círculos cercanos a cada persona practicante del Budismo Nichiren, desarrollaron una ola de daimoku y propagación que originó el cambio de su sociedad.
Nichiren dice que sus seguidores debemos "trascender las diferencias visibles y ser como los peces y el agua en que nadan". Hoy en Venezuela somos tiburones y ballenas buscando a quién comemos, otros somos el cardumen que será el alimento de los peces más grandes, algunos en el Mar Caribe, otros en el Mar Rojo, y otros en el Mar Negro… Increíble… Ojo, hago énfasis especial en "los seguidores" del Daishonin, no en el resto de los ciudadanos, porque conocer la Ley Mística nos hace mucho más responsables del cambio de entorno.
Creo que las diferencias que prevalecen hoy y que seguirán existiendo, sólo se trascienden cuando logramos enraizar nuestra causa común por el respeto a la vida, el daimoku por la protección y seguridad de todos los que nos rodean, daimoku para frenar las víctimas fatales de la violencia, daimoku para que prevalezca el respeto máximo a la vida de toda persona. Ese daimoku me DEBE unir a todos y cada uno de mis compañeros practicantes, miembros y amigos.
Puedo tener una ideología? Puedo respaldar un movimiento político? Puedo accionar desde mi identidad ciudadana? ¡Por supuesto! El gran detalle que todavía nos falta pulir a la inmensa mayoría, es que antes de ser entes sociales y ciudadanos, somos BUDISTAS, practicantes y miembros de la SGIV. Ese "orden de los factores", "SÍ altera el producto". Es distinto pensar PRIMERO como practicante del Budismo Nichiren y a partir de ahí actuar como ciudadano. La causa nace desde una condición de vida distinta, trascender los seis caminos es lo que importa. Sólo cuando nos identificamos ANTE EL RESTO DEL MUNDO como un Budista Nichiren, practicante, miembro o amigo de la SGIV, la acción que surge de nuestra vida está enraizada en el Bodisatva de la Tierra, en la BUDEIDAD.
Eso, para mí, es SER UN BUDISTA, HOY, EN VENEZUELA.
miércoles, 22 de marzo de 2017
El "efecto Soka"
El pasado 18 y 19 de marzo se realizó en Caracas el "Encuentro Musical Soka". Fueron tres funciones en las que los grupos culturales de la SGIV más invitados especiales compartieron el "espíritu Soka" a través de la música, danza y canto.
Por estar participando en las actividades de la SGIV desde niño, han sido muchas las actividades culturales en las que participé sobre el escenario, otras tantas en la organización y conducción logística; en este caso me tocó participar como miembro del grupo Desafío, apoyo logístico de la División de Caballeros de la SGIV y he valorado enormemente lo vivido en esta faceta de una actividad "Gakkai": la atención al público principalmente "no miembros" de la SGIV.
Aún conociendo detalles de la planificación logística, no me tocó estar ni delante ni detrás de bastidores, sino "afuera" de la actividad que se realizaba y a la que estaban convocados personas no miembros. Puede que conocieran de la SGIV o del Budismo Nichiren, puede que algunos incluso hayan participado en otras actividades culturales o diálogos, incluso pueden haber sido nuevos practicantes del Budismo Nichiren, pero la característica principal ha sido que no eran miembros, es decir, no tienen el Gojonzon que otorga la SGIV ni han ingresado como miembros activos.
En cierta medida, el reto estuvo en lograr un nivel de actuaciones culturales propios para atraer a quien no necesariamente valora el esfuerzo de personas en su mayoría no profesionales, sino con deseos de transmitir la alegría de la práctica del Budismo Nichiren a través de la música.
Estas personas llegaron al ser invitados por familiares o amigos que sí son miembros y participan regularmente de la actividades de la SGIV, fueron invitados a disfrutar de esta actividad cultural donde los protagonistas fueron los grupos culturales establecidos de la SGIV, es decir, en principio ya conocidos por la mayoría de los miembros en presentaciones regulares en el Kaikan.
Por otro lado, como en toda actividad "para la sociedad" que organiza la Soka Gakkai, los grupos de apoyo logístico tienen protagonismo en todos los espacios alrededor del escenario: delante, detrás, dentro y fuera de la sala o auditorio donde se realice la actividad. Estos grupos de apoyo, jóvenes y adultos, mantienen la misma premisa que músicos, bailadores y cantantes: transmitir la alegría de la práctica a través de cada acción que realizan por atender y proteger a todos los involucrados en la actividad.
En mi caso, siendo de la División de Cabaleros, mi actividad como Grupo Desafío tuvo varias facetas: apoyando al comité de RRPP y promoción interna de la actividad, apoyar transportando materiales desde el Kaikan al teatro y viceversa, y apoyar instalando y resguardando la exposición "Semillas de la esperanza" en el espacio previo a la sala donde se realizaría la actividad. Justamente por este apoyo "fuera" de la sala, pude apreciar un impacto distinto de lo que pienso es el efecto Soka que se expande en todo el espacio donde la Soka Gakkai realiza sus actividades, porque al ser miembros los que actúan por el éxito de la actividad, somos los miembros, las personas, las que proyectamos el efecto que ocurre en nuestras vidas al practicar este Budismo dentro de la Soka Gakkai.
Cuando nuestra acción dentro de la SGIV nos inspira a atender a otros, a preocuparnos por el bienestar de otros, a apoyar el buen desarrollo de la actividad de otros, a ser pro-activos y buscar contribuir al buen desarrollo de todo lo solicitado o planificado... Cuando se actúa con esa motivación, es imposible que esas acciones no generen un efecto que se perciba en todo el ambiente.
En esta actividad fueron alrededor de 200 personas las involucradas y aunque fuese sólo la mitad los que actuaron con la motivación anterior, el impacto que se vive en el entorno es irremediablemente perceptible. En este caso sería un riesgo digno de correr el asegurar que casi la totalidad de esas 200 personas estaba actuando con esta motivación, quizás en distintos niveles, intensidades, hasta con euforia o emoción en distinta medida, pero con la clara actitud de estar contribuyendo al kosen-rufu de Venezuela con una acción que para muchos podría resultar imperceptible desde el punto de vista individual, pero como un conjunto de personas actuando con el mismo objetivo, los asistentes terminaron por reconocerlo, alabarlo y expresar su complacencia de distintas maneras.
Tal como en otros lugares, los responsables de la seguridad del local terminan quedando asombrados por la cantidad de personas involucradas en el apoyo logístico, no sólo los artistas o talentos, sino quienes apoyan el desarrollo de la actividad. Su asombro crece cuando terminan reconociendo que aun siendo muchos, se trabaja con organización y armonía, lo conflictos o burocracia propios de grupos numerosos no existen en la esencia de los grupos logísticos de la SGIV. Lo anterior termina logrando que, aunque al principio los responsables de la seguridad puedan mostrar el recelo o tosquedad propia de su labor, terminen siendo muy amables y ofreciendo todo el apoyo posible a los grupos logísticos de la SGIV. Pero porque es consecuencia de la acción de nuestros grupos!!! Nuestra actitud siempre amable, reconociendo y respetando la autoridad que prevalece en la institución que nos recibe, ofreciendo el apoyo posible en cualquier instancia. respetando normas y pautas, y por supuesto, dejando el local usado mejor que cuando llegamos, son todas causas que terminan extrayendo las mejores actitudes como respuesta, los mejores reconocimientos a la labor que la SGIV realiza a través de sus miembros.
Los responsables de la sala fueron otros que reconocieron la labor de los miembros de apoyo logístico de la SGIV, por su orden y concentración al realizar tareas que regularmente realizan profesionales en la materia. Como es norma, en la SGIV la mayoría de quienes apoyan no son profesionales, algunos sí, pero la mayoría somos miembros que ofrecemos nuestra mejor capacidad basada en el espíritu de estar contribuyendo al kosen-rufu de Venezuela.
El público asistente, esos que no conocen ni tienen por qué saber de lo que sucede "detrás de bastidores", en el aspecto logístico, detalles de organización, etc., esas personas que asisten porque fueron invitadas por alguien que quiso que conocieran una de las maneras en las que la SGIV contribuye a la sociedad, esas personas perciben ese efecto Soka en su máxima expresión.
Tan sólo hay que hacer el ejercicio de ir sumando esfuerzos de todos los involucrados:
Por estar participando en las actividades de la SGIV desde niño, han sido muchas las actividades culturales en las que participé sobre el escenario, otras tantas en la organización y conducción logística; en este caso me tocó participar como miembro del grupo Desafío, apoyo logístico de la División de Caballeros de la SGIV y he valorado enormemente lo vivido en esta faceta de una actividad "Gakkai": la atención al público principalmente "no miembros" de la SGIV.
Aún conociendo detalles de la planificación logística, no me tocó estar ni delante ni detrás de bastidores, sino "afuera" de la actividad que se realizaba y a la que estaban convocados personas no miembros. Puede que conocieran de la SGIV o del Budismo Nichiren, puede que algunos incluso hayan participado en otras actividades culturales o diálogos, incluso pueden haber sido nuevos practicantes del Budismo Nichiren, pero la característica principal ha sido que no eran miembros, es decir, no tienen el Gojonzon que otorga la SGIV ni han ingresado como miembros activos.
En cierta medida, el reto estuvo en lograr un nivel de actuaciones culturales propios para atraer a quien no necesariamente valora el esfuerzo de personas en su mayoría no profesionales, sino con deseos de transmitir la alegría de la práctica del Budismo Nichiren a través de la música.
Estas personas llegaron al ser invitados por familiares o amigos que sí son miembros y participan regularmente de la actividades de la SGIV, fueron invitados a disfrutar de esta actividad cultural donde los protagonistas fueron los grupos culturales establecidos de la SGIV, es decir, en principio ya conocidos por la mayoría de los miembros en presentaciones regulares en el Kaikan.
Por otro lado, como en toda actividad "para la sociedad" que organiza la Soka Gakkai, los grupos de apoyo logístico tienen protagonismo en todos los espacios alrededor del escenario: delante, detrás, dentro y fuera de la sala o auditorio donde se realice la actividad. Estos grupos de apoyo, jóvenes y adultos, mantienen la misma premisa que músicos, bailadores y cantantes: transmitir la alegría de la práctica a través de cada acción que realizan por atender y proteger a todos los involucrados en la actividad.
En mi caso, siendo de la División de Cabaleros, mi actividad como Grupo Desafío tuvo varias facetas: apoyando al comité de RRPP y promoción interna de la actividad, apoyar transportando materiales desde el Kaikan al teatro y viceversa, y apoyar instalando y resguardando la exposición "Semillas de la esperanza" en el espacio previo a la sala donde se realizaría la actividad. Justamente por este apoyo "fuera" de la sala, pude apreciar un impacto distinto de lo que pienso es el efecto Soka que se expande en todo el espacio donde la Soka Gakkai realiza sus actividades, porque al ser miembros los que actúan por el éxito de la actividad, somos los miembros, las personas, las que proyectamos el efecto que ocurre en nuestras vidas al practicar este Budismo dentro de la Soka Gakkai.
Cuando nuestra acción dentro de la SGIV nos inspira a atender a otros, a preocuparnos por el bienestar de otros, a apoyar el buen desarrollo de la actividad de otros, a ser pro-activos y buscar contribuir al buen desarrollo de todo lo solicitado o planificado... Cuando se actúa con esa motivación, es imposible que esas acciones no generen un efecto que se perciba en todo el ambiente.
En esta actividad fueron alrededor de 200 personas las involucradas y aunque fuese sólo la mitad los que actuaron con la motivación anterior, el impacto que se vive en el entorno es irremediablemente perceptible. En este caso sería un riesgo digno de correr el asegurar que casi la totalidad de esas 200 personas estaba actuando con esta motivación, quizás en distintos niveles, intensidades, hasta con euforia o emoción en distinta medida, pero con la clara actitud de estar contribuyendo al kosen-rufu de Venezuela con una acción que para muchos podría resultar imperceptible desde el punto de vista individual, pero como un conjunto de personas actuando con el mismo objetivo, los asistentes terminaron por reconocerlo, alabarlo y expresar su complacencia de distintas maneras.
Tal como en otros lugares, los responsables de la seguridad del local terminan quedando asombrados por la cantidad de personas involucradas en el apoyo logístico, no sólo los artistas o talentos, sino quienes apoyan el desarrollo de la actividad. Su asombro crece cuando terminan reconociendo que aun siendo muchos, se trabaja con organización y armonía, lo conflictos o burocracia propios de grupos numerosos no existen en la esencia de los grupos logísticos de la SGIV. Lo anterior termina logrando que, aunque al principio los responsables de la seguridad puedan mostrar el recelo o tosquedad propia de su labor, terminen siendo muy amables y ofreciendo todo el apoyo posible a los grupos logísticos de la SGIV. Pero porque es consecuencia de la acción de nuestros grupos!!! Nuestra actitud siempre amable, reconociendo y respetando la autoridad que prevalece en la institución que nos recibe, ofreciendo el apoyo posible en cualquier instancia. respetando normas y pautas, y por supuesto, dejando el local usado mejor que cuando llegamos, son todas causas que terminan extrayendo las mejores actitudes como respuesta, los mejores reconocimientos a la labor que la SGIV realiza a través de sus miembros.
Los responsables de la sala fueron otros que reconocieron la labor de los miembros de apoyo logístico de la SGIV, por su orden y concentración al realizar tareas que regularmente realizan profesionales en la materia. Como es norma, en la SGIV la mayoría de quienes apoyan no son profesionales, algunos sí, pero la mayoría somos miembros que ofrecemos nuestra mejor capacidad basada en el espíritu de estar contribuyendo al kosen-rufu de Venezuela.
El público asistente, esos que no conocen ni tienen por qué saber de lo que sucede "detrás de bastidores", en el aspecto logístico, detalles de organización, etc., esas personas que asisten porque fueron invitadas por alguien que quiso que conocieran una de las maneras en las que la SGIV contribuye a la sociedad, esas personas perciben ese efecto Soka en su máxima expresión.
Tan sólo hay que hacer el ejercicio de ir sumando esfuerzos de todos los involucrados:
- Los organizadores, que piensan y estructuran la actividad pensando en cómo transmitir los valores universales que promueve el Budismo Nichiren y la Soka Gakkai, que convocan a los miembros para transmitirles este objetivo e idean todo el movimiento necesario para inspirar a los participantes que a su vez son quienes inspiran a los asistentes. Ya desde la estructura de la propia idea, la causa que se genera es de una magnitud contundente.
- Los participantes, los grupos culturales de la SGIV que semana a semana fueron ensayando con sus mejores capacidades, algunos profesionales, la mayoría sólo jóvenes y adultos con inclinaciones hacia un instrumento, la danza o el canto. Todos, siendo inspirados a transmitir con cada nota, con cada paso, el significado de transformar la vida al practicar el Budismo Nichiren; realizar una actuación pensando en brindar alegría y esperanza; tocar, cantar o dar un paso con la fuerza necesaria para impartir coraje y fuerza de victoria. Pararse en el escenario, con nervios o inseguridades, pero con el deseo de cumplir con esa misión, genera una causa que no encuentra barreras para llegar al corazón de cualquier asistente.
- Los grupos de apoyo logístico, jóvenes y adultos, nuevamente en su inmensa mayoría sin experiencia en la organización de eventos, en actividades de seguridad o de índole similar. Personas comunes, con diversidad de profesiones, que coinciden en grupos que inspiran a actuar pensando en el bienestar de todo participante, miembro y no miembro de la SGIV, invitado o simple transeúnte, público o integrante de la institución anfitriona. Todos sin excepción son receptores de la acción de Bodisatva de la Tierra que ejecuta esta persona que integra Biakuren Alegría, Guardianes de la Paz, Sol de la Paz, Visión Soka o Desafío; o cualquier otra persona que participe en este "apoyo logístico".
Haciendo el ejercicio y sumando cada acción de cada involucrado, el resultado que vamos obteniendo, de esa suma "simple", es un tamaño de causalidad positiva que hace natural sea percibido por cada persona que tan sólo "pase por ahí". El ambiente, por la premisa de la unidad del individuo y su entorno, se llena de la condición de vida de los organizadores, talentos y apoyo logístico, que girando en torno a la acción del Bodisatva de la Tierra, que no es otra cosa que "un Buda actuando".
Es por esto que los asistentes han compartido su "asombro" por cómo fueron atendidos. No han sido unos o algunos, o incluso varios, sino muchos los que han compartido con quienes los invitaron el placer que experimentaron desde que llegaron a la zona del local de la actividad. Se sintieron recibidos con tal amabilidad, cordialidad, atención, que sintieron estar en otra ciudad, en otro país. Transmitieron el placer de que tantos jóvenes les brindaran sus mejores capacidades a través de la música. Compartieron el reconocimiento por la organización, por la concentración y buen desarrollo de cada movimiento.
Personalmente aprecié algo bien particular en una de las posiciones cubiertas como Desafío. Al final de una de las funciones, el coordinador me pidió ocupar un puesto en el paso peatonal, cuyo semáforo estaba apagado. Por ser fin de semana no hay mucho tráfico pero es una calle que invita a ir con cierta velocidad y sin semáforo hay un riesgo peatonal importante. Compartí este puesto con otro compañero, y del otro lado del paso peatonal otros tres miembros del Grupo Desafío. Finalizaba una de las funciones y las casi 350 personas comenzaban su salida y retorno a sus hogares, la gran mayoría a pie. Sin tener la instrucción clara, de manera natural y pensando en los participantes que debían pasar por este paso peatonal buscando la estación del Metro, comenzamos a prácticamente hacer de "semáforos", y mientras yo sólo agitaba las manos para ir señalando a los conductores que bajaran la velocidad, mi compañero progresivamente se adentraba cada vez más en la calle para solicitar frenaran. Los compañeros del frente, organizaban para que fuesen pasando agrupados.
Fueron unos 20 o 30 minutos de hacer esta tarea. Durante todo ese tiempo toda persona que pasó, hubiese ido o no a la actividad de la SGIV, luego de mirarnos con extrañeza, su rostro se llenaba de agradecimiento que muchos no dudaron en expresarlo verbalmente. "¡Gracias, son muy amables!" fue una frase muy escuchada por nosotros. "¡Gracias por todo hermano!", me gritaba un caballero que asistió junto a su esposa y que había sido recibido por mí horas antes. Pero fue particularmente llamativo, que los propios conductores respondían a la solicitud de frenar sin mayores molestias. Muchos con el vidrio abajo mostraban rostro de la misma extrañeza agradable, y algunos otros incluso mostraban el pulgar hacia arriba en señal de aprobación.
Todo eso lo atribuyo a ese efecto Soka. Soka es creación de valor y nuestras acciones crean valor justamente en ese momento cuando logramos transcender nuestra propia comodidad, bienestar egoísta y desinterés en los demás. Cuando nuestra acción surge de nuestra Budeidad el efecto en el entorno toca la vida de los demás en una medida incalculable. Creo que el detalle es CREER en esta gran premisa que sentencia el Budismo Nichiren y que en la Soka Gakkai se promueve como una máxima.
Creo necesario que volvamos a la raíz, a la fuente de la actividad de la Soka Gakkai, de la SGIV, que invita a convencernos de que esa influencia, más que poder, se DEBE lograr en todo escenario donde se realice una actividad de la SGIV. Podemos hablar de reuniones de diálogo hasta planificaciones, cuando nos reunimos con otros para hacer daimoku o estudiar un tema. Cuando vamos al hogar de un miembro o cuando vamos al Kaikan. Toda ocasión, todo escenario debe ser EL escenario para lograr el mismo efecto Soka del 18 y 19 de marzo. Incluso, más a la raíz, en el hogar de cada uno de nosotros, la zona donde vivimos, sea barrio, calle, urbanización, edificio, etc., en nuestro trabajo o lugar de estudio, lo vivido este fin de semana por los involucrados debería darnos más convicción y FE en que el efecto Soka es algo real, auténtico y resulta ser la única manera de cambiar la sociedad.
El pedazo de Caracas que vivió el "Encuentro Musical Soka" experimentó el efecto Soka. Quienes tan sólo "pasaron por ahí" sintieron que estaban en otra ciudad, en otro país. Pero era el mismo!!! La misma Venezuela!!! Pero fue un pedacito de Caracas que se llenó de Budas. Esa fue la gran diferencia. Eso fue la causa para el efecto Soka.
Al igual que actividades anteriores, el "Encuentro Musical Soka" ha generado muchas emociones. Los participantes harán inolvidable este evento en la medida de su participación, compromiso con el objetivo y experiencias individuales. El punto de aprendizaje va de la mano a la gran reflexión sobre el origen de lo logrado, la causa que generó el efecto: el esfuerzo para que la causa surgiera de la Budeidad, produjo el efecto Soka.
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